La causa más probable de la falta de oxígeno del agua de mar es la construcción de un puente, en diciembre de 2004, que permite pasar de un lado al otro del fiordo. Esa estructura obstaculizaría el paso del agua desde el océano al fiordo, de modo que el mar del fiordo no se renovaría de forma suficiente. En días de escaso viento, las aguas del fiordo se estancan y producen la mortandad de los peces existentes en el fiordo.
Los arenques acuden al fiordo atraídos por la relativa buena temperatura de sus aguas, 2 grados sobre cero. Allí se ven atrapados por las aguas anóxicas y mueren. A su vez, la materia de los peces en descomposición favorece la falta de oxígeno de las aguas del fiordo, aumentando el riesgo de nuevas mortandades. En estos momentos, el fiordo se halla bajo estricto control administrativo y científico por parte de las autoridades islandesas.