AP Moller – Maersk junto con Wallenius Wilhelmsen, BMW Group, H&M Group, Levi Strauss & Co. y Marks & Spencer han cerrado un acuerdo para explorar el LEO –una mezcla de lignina y etanol- que podría ser parte de la solución futura para un transporte marítimo sostenible.
El transporte marítimo representa entre el 2% y el 3% de las emisiones mundiales de CO2, proporción que aumentará a medida que el comercio mundial siga creciendo a un ritmo lento pero constante. Como tal, esta industria tiene una necesidad urgente de reducir su impacto ambiental.
Maersk y Wallenius Wilhelmsen se han asociado con la Universidad de Copenhague y como clientes importantes como BMW Group, H&M Group, Levi Strauss & Co. y Marks & Spencer para formar la Coalición LEO, que explorará la viabilidad medioambiental y comercial de este tipo de combustible para el transporte marítimo.
El sector marino tiene necesidades de combustible muy diferentes a las de la automoción o la aviación. «El transporte marítimo requiere soluciones personalizadas de combustible bajo en carbono que pueden dar el salto desde el laboratorio a la flota mundial de transporte marítimo. Iniciativas como la Coalición LEO son un catalizador importante en este proceso», según Søren Toft, director de operaciones de Maersk.
La lignina es un biopolímero estructural que contribuye a la rigidez de las plantas. La lignina se aísla en grandes cantidades como subproducto del etanol lignocelulósico y de las fábricas de pasta y papel. En la actualidad, a menudo se incinera para producir vapor y electricidad.
Según Craig Jasienski, consejero delegado de Wallenius Wilhelmsen, «las ambiciones de nuestros clientes en materia de sostenibilidad están aumentando rápidamente, y aplaudimos este desarrollo. Claramente, el LEO sería un gran paso adelante para la sostenibilidad de la cadena de suministro, y tiene el potencial de ser una solución viable para la flota actual, y no sólo una visión de futuro».
Un gran número de grandes empresas de diferentes sectores están explorando activamente soluciones para reducir las emisiones a lo largo de toda su cadena de valor, como parte del reconocimiento global de la importancia de satisfacer de forma sostenible la demanda mundial de bienes. Esto incluye en gran medida al sector del transporte y la logística que entrega esas mercancías.
La Universidad de Copenhague está llevando a cabo actualmente el desarrollo a escala de laboratorio de este potencial combustible marino. El objetivo del proyecto es pasar a la fase II –prueba del combustible en los motores reales de los buques- en el segundo trimestre de 2020. Tras una exitosa fase II, comenzará la fase III: la producción del LEO.