Las compañías Maersk y MSC han acordado de mutuo acuerdo la ruptura de la alianza 2M, a partir de enero de 2025. Se trata de un rumor que hace días ya venía circulando y, en su nota pública, la empresa danesa apunta a que “nos dedicamos a mejorar las redes logísticas y la accesibilidad de nuestros clientes”. Y, por tanto, “creemos que cumpliremos de manera más eficiente con las necesidades cambiantes de los clientes, como la importancia de la confianza, la flexibilidad y la sostenibilidad en todos los aspectos de la logística”. Asimismo, apuntan a que “buscaremos minimizar cualquier interrupción en la red de la alianza 2M” hasta su finalización.

Según Maersk, “MSC ha sido un socio valioso y esperamos una sólida colaboración continua durante el resto del período del acuerdo”. Añaden que “este cambio permitirá una mayor conectividad, lo que aliviará los problemas de la cadena de suministro”.
Explicada la información, dada la confirmación por parte de Maersk, son varias las preguntas que surgen inmediatamente:
- ¿Se encuentran lo suficientemente fuertes para afrontar un mercado de fletes en la parte baja del ciclo y con un flete medio por contenedor -según Drewry- en torno a los 2,000 dólares por unidad de 40 pies?
- La ruptura de la 2M, ¿significa que ya no compartirán buques ni circuitos (loops) en los diversos tráficos mundiales?
- ¿Continuarán con la política de compartir espacios en los buques una de la otra el conocido comovessel sharing, después del 1 de enero de 2025?
Resulta cuando menos curioso que, en vísperas de una decisión de la Unión Europea en 2024 (prácticamente pasado mañana) acerca de la continuidad o no de la CBER (container exemption regulation), una de las tres alianzas de armadores de contenedores se deshaga.
Parece que era ya un secreto a voces, después del “agresivo” programa de compras de buques de segunda mano y encargos de nuevos por parte de MSC.
En este sentido, ¿cuál será la reacción de las otras alianzas?