El primer buque en el que se aplicará el programa de ahorro es un VLCC de la “clase I” al que, entre otras medidas, se le acoplará una tobera Becker Mewis por delante de una hélice con placas helicoidales en su capacete, a fin de aumentar el diferencial de presión del agua entre las caras de la hélice y consecuentemente mejorar el rendimiento de propulsión.
La implantación del programa, con 35 medidas previstas, corre a cargo de un equipo de expertos e ingenieros navales de Maersk Maritime Technology. Ello permitirá al grupo Maersk consolidar su posición en el mercado del transporte de crudo, en el actual contexto de sobrecapacidad de la flota mundial, calculada entre 50 y 70 VLCC.
Con la implantación completa del programa, Maersk espera lograr un ahorro de alrededor de 30 millones de dólares por año, por cada VLCC.