Después de haber comprado en noviembre de este 2021 la compañía Senator International, uno de los primeros operadores europeos de carga aérea con sede en Hamburgo por un importe de 664 millones de dólares asistimos, la semana pasada a la compra, también por parte de Maersk, de LF Logistics, empresa con base en Hong Kong y extensión en toda Asia, con 10.000 empleados, 200 almacenes e instalaciones en 14 países. Se trata de una compra estratégica de primer nivel, materializada por 3.600 millones de dólares y un paso más para colocar a Maersk en una posición de primer nivel como operador logístico global. Curiosamente la compra excluye la unidad de negocio de freight forwarding (transitaria) de LF. Maersk no la necesita.
Y es que, con unos resultados cercanos a los 18.000 millones de dólares este año, Maersk –como los otros grandes megacarriers del “Grupo de los 10”- se puede permitir comprar dos grandes empresas y encargar, de paso ocho portacontenedores de 16.000 TEUs cada uno propulsados por metanol a primeros de este diciembre.
La pasada semana dimos la noticia acerca de la compra, sujeta a aprobaciones, de Bolloré Africa Logistics por parte de MSC que, al igual que Maersk, se plantea un crecimiento exponencial en el marco de la logística global. Y Cosco, y CMA-CGM, y Evergreen, e Hyundai Merchant Marine, y Hapag Lloyd, y ONE… y alguno más que componen junto a los dos primeros el concierto del 80% del tráfico marítimo de contenedores controlado por ellos.
Ahora, además del tráfico marítimo, extienden su actividad a la logística considerada como un todo: end-to-end. Se han invertido unos 150.000 millones de dólares entre los diez del Grupo que serán, aproximadamente los beneficios que contemplan para este año de 2021. ¿Quién no compra así? Buques, aviones, operadores logísticos y lo que les permitan de una parte sus espectaculares beneficios y de otra sus intenciones de colocarse en posiciones estratégicas de dominio de la distribución global.