Decepción por haber dejado de transportar cerca de 8 millones de toneladas de mercancías que en el mismo período de hace un año. Decepción porque este descenso significa una caída del 7% respecto a 2011. Y decepción porque pese a los resultados, desde Puertos del Estado no han dado la cara para explicar los motivos de estas cifras.
Cualquiera podría elevar una pregunta al ministerio de Fomento y cuestionar la razón por la que los graneles líquidos han descendido un 3,5%, o por qué los sólidos están de capa caída con una bajada del 14,8%, o el motivo por el que la mercancía general cae un 6,24%… pero ¿de qué serviría? ¿Acaso alguien le ha explicado a la ministra Ana Pastor lo que es un puerto?
Hay varios elementos que podrían explicar este descenso. No obstante desde Puertos del Estado lo achacan todo al cambio en el año chino. Un motivo que resulta patético… En China, si mal no recuerdo, cambian de año cada 365 días, ¿por qué motivo debería ser éste diferente a los anteriores? En 2010, 2011 y 2012 sí se creció. ¿Acaso en China cambian de año cada cuatro?
Personalmente creo que este descenso lo podríamos imputar a una flagrante falta de previsión y a una no menos flagrante cadena de equivocaciones en la construcción y puesta en marcha de las infraestructuras portuarias deficitarias. No obstante, estas dos no son las únicas. También está el tema de las tasas: un sistema perverso y único entre los puertos de los países occidentales con servidumbre pública que impide crecer como debieran a los puertos más punteros del sistema estatal. Siempre, al final, la política está en el medio.
En su momento, un técnico de prestigio como José Llorca se dejó enredar y afirmó que en 2013 se cerraría el año con un movimiento 10 millones de toneladas mayor al logrado en el ejercicio inmediatamente anterior. Lo veo difícil, que no imposible. El conjunto de Autoridades Portuarias dependientes del sistema estatal público llevan cinco meses consecutivos con un ratio negativo.
Pero, como la esperanza es lo último que se pierde, si que cabe reconocer que marzo, aún descendiendo, lo hizo menos que en el mes de febrero. A este paso, en septiembre las dársenas españolas darán resultados positivos respecto a 2012.
Ahora bien, la primera decisión a tomar debería estar en Andalucía y concretamente en Málaga. Con un descenso cercano al 85%, con 2.124.356 toneladas menos de movimiento entre 2012 y 2013 el cese del presidente y de toda la ejecutiva debería ser fulminante. ¿Cómo es posible que un puerto de sus características, ubicado donde está ubicado, presente unas cifras tan ridículas? Desde finales de los años 60 el puerto malacitano no presentaba estadísticas semejantes.
Por cierto, la competencia interportuaria, además de mala para los puertos lo es para la economía: el crecimiento -leve- de Motril o Huelva conlleva el descenso en Almería, Sevilla o hasta Algeciras y Tarragona. ¿Cuándo se abrirá el debate de crear frentes portuarios con independencia de la ubicación de las infraestructuras? Eso no interesa… de momento.