A continuación, Don Felipe y Doña Letizia, junto al presidente de la Autoridad Portuaria observaron, sobre paneles, el desarrollo de la obra, visitaron la torre de control de la esclusa y recorrieron las instalaciones anejas al edificio.
La esclusa que cuenta con 300 metros de longitud, 11 de profundidad y 40 metros de anchura, permite un tráfico anual de cuatro millones de toneladas de mercancías. La obra constituye el elemento de conexión entre la Eurovía Guadalquivir E.60.02 y el recinto portuario en Sevilla. Su función básica es la de servir de elevador de barcos desde la Eurovía Guadalquivir a la Dársena comercial de Sevilla y viceversa. Además asume funciones de protección de la ciudad y cierre del muro de defensa de inundaciones.