Estos días se está viviendo una situación complicada en el Puesto de Control Fronterizo (PCF) de las mercancías que entran en nuestro país procedentes tanto de Marruecos (frutas, verduras y otros perecederos), como en contenedores que se descargan en el puerto de Algeciras en tanto que puerto de entrada no solo a España, sino a toda la UE, de mercancías que vienen por esta vía: carnes, pescados, que llegan al puerto de Algeciras en contenedores frigoríficos.
El PCF de Algeciras vive, según los transitarios de la plaza, que se preocupan de las gestiones para que además del paso por la aduanas las mercancías superen los controles sanitarios, tanto documentales como físicos en su caso, una situación crítica. Los camiones procedentes de Marruecos quedan parados durante una semana y más, los contenedores tardan en recibir la autorización sanitaria de entrada y estos retrasos ocasionan serios perjuicios tanto a las empresas que se ocupan de la logística (navieras, transitarios, transportistas de camión), como al usuario final que es la empresa importadora.
Retrasos y congestiones que los actores achacan a la falta de medios técnicos adecuados a la coordinación por esos mismo medios técnicos entre los agentes de los ministerios implicados (Industria y Comercio, Sanidad, Transportes) en la inspección sanitaria y de calidad que ejercen los PCF, así como al personal asignado a funciones tanto de inspección como de documentación.
Valoración negativa del criterio de inspección
También se valora negativamente el criterio de la inspección en su caso, de varios productos, que ante la dificultad para su aceptación por parte de la inspección española, son desembarcados en otros puertos europeos en los que la interpretación de la inspección se presupone más laxa; ello conlleva la desaparición de tráficos en puertos españoles, en este caso Algeciras, a beneficio de otros puertos europeos.
El caso es que este no es un problema de hoy. Es una situación que ha afectado a puertos de la cuenca mediterránea: Valencia Barcelona y a los de la cornisa cantábrica, como Vigo. Hoy se vive con gran crispación en Algeciras. Parece pues necesario que los responsables de las administraciones públicas en los ministerios citados acomoden sus actuaciones para hacerlas más rápidas (¿coordinando sus sistemas informáticos?) o creando protocolos comunes que funcionen correctamente. Hubo un tiempo en que existía una ‘comisión interministerial’, en la que se sentaban representantes de los ministerios citados con el ánimo de darle una solución definitiva al asunto.
En otros puertos europeos, aparentemente se parte de que los importadores son personas jurídicas honestas, y por tanto las inspecciones se hacen en porcentajes pactados entre la administración y los usuarios y de forma aleatoria, excepto en los casos en que una alerta de sanidad u otro tipo aconseje incrementar las inspecciones. En Algeciras, el PCF para perecederos de Marruecos funciona 24/7 ; pero se están produciendo congestiones y tanto los gestores como los importadores son personas igual de honestas. Imaginemos que en las operaciones ‘Paso del Estrecho’ se inspeccionaran a todos los coches y furgonetas de los pasajeros procedentes de países del Magreb, camino de España u otro país de la UE.
Esta es la cuestión: un problema que se arrastra desde hace años, falto de una resolución definitiva, y que ocasiona un evidente daño económico a nuestras empresas, además de los costes añadidos para traer desde otros puertos europeos las mercancías que van a ser consumidas en nuestro país.