Un colectivo formado por seis asociaciones que agrupan a un total de 128 miembros –entre bares, restaurantes, comercios, centros de ocio y gremios diversos– y 27 entidades –incluidas la Asociación de Vecinos de la Barceloneta, el Museo de Historia de Catalunya y la Cámara de Comercio de Barcelona- presentaban en el restaurante La Torre d’Altamar de Barcelona el manifiesto “Afectados por el top manta”.
El documento, leído en su totalidad por María José López Samper, presidenta de la Asociación de Vecinos de la Barceloneta, recoge su posicionamiento en cuanto al perjuicio que este fenómeno infringe a comerciantes y vecinos de la Barceloneta, al sistema de seguridad social español, y a la gestión y sanidad del espacio público, además de suponer una violación de los derechos de propiedad intelectual e industrial. Samper se hallaba acompañada por Salva Vendrell, presidente de la Fundación Barcelona Comerç; Gabriel Jené, presidente de Barcelona Oberta; Josep Domènech, presidente de la Asociación de comerciantes e industriales de la Barceloneta; Pere Chias, presidente del Gremio de Restauración de Barcelona; Carles Manresa, presidente de los restauradores Palau de Mar; Joan Carles Calbet, presidente de Comertia, Miquel Donay; presidente del Consejo de Gremios; y Jordi Roset, gerente del gremio del comercio textil.
El manifiesto intenta llamar la atención sobre cómo se ha incrementado el número de manteros, hasta convertirse en lo que se ha calificado como “la situación más grave jamás vivida” por el barrio. La afectación económica a los hosteleros y comerciantes de la Barceloneta se estima en un 15% en restauración, un 40% en productos de consumos tales como marroquinería, textil, accesorios, etc, y superior al 50% en el caso de los souvenirs.
El perfil del público comprador es mayoritariamente turista –sin datos oficiales, se estima que podría alcanzar el 80%–, hasta el punto de que los firmantes del manifiesto consideran que la localización del top manta sobre el pavimento del Port Vell se ha convertido en un “fenómeno turístico” de atracción de visitantes hasta la Barceloneta. A su vez, esta actividad ha desplazado el flujo de compradores de una acera a la otra del paseo Juan de Borbón. Y todo ello –sobre todo la mayor cantidad de foráneos que se desplazan a la zona atraídos por la oferta comercial ilegal– añade elementos problemáticos al barrio en cuanto a sanidad, seguridad y movilidad.
Además, los firmantes denuncian que el negocio del top manta ha evolucionado de los antiguos manteros individuales en situación de vulnerabilidad, a estar controlado por redes organizadas que durante la noche reservan y distribuyen los espacios que los vendedores ocuparan a lo largo del día siguiente. Por añadidura, se ha identificado también un “efecto llamada” en artesanos que ofrecían antes sus productos en mercados o lugares habilitados para ello –con las debidas licencias– que se han desplazado a este nuevo espacio, atraídos por la mayor concentración de público y los menores costes, por tratarse de una actividad al margen de la regulación mercantil.
Los firmantes del manifiesto han denunciado, asimismo, que la policía municipal no acude a las llamadas de comerciantes y hosteleros cuando son requeridos. Sin embargo, este cuerpo policial cuenta con una comisaría conjunta con la policía autonómica catalana en pleno paseo Juan de Borbón, si bien es cierto que los vendedores sitúan su mercancía en la acera de enfrente, en terrenos propiedad de la Autoridad Portuaria. Pero aún en ese territorio –por adolecer la Policía Portuaria de ciertas limitaciones en cuanto a control de situaciones de alteración del orden público- está prevista la actuación de la Guardia Urbana de Barcelona, en aplicación de un convenio rubricado en 2007 y renovado en 2014 entre la Autoridad Portuaria de Barcelona y el cuerpo de guardamuelles, para repartir funciones de patrullaje y activar mecanismos de apoyo mutuo en caso de necesidad.
Ayer a las 18:00 horas tuvo lugar una reunión entre los afectados y el primer teniente de alcalde y concejal de Trabajo, Economía y Planificación, Gerardo Pisarello, donde se buscaba una solución al asunto, y esta mañana el ayuntamiento ofrecerá una rueda de prensa para informar sobre el desarrollo del encuentro. El hecho de que el manifiesto se haya hecho público 7 horas antes de la reunión con el consistorio barcelonés no se ha presentado como una medida de fuerza, sino como una coincidencia en el tiempo, ya que coordinar las más de 150 entidades y elaborar el texto ha llevado más de un mes. En caso de no modificarse por parte de las máximas autoridades municipales una actitud que el manifiesto califica de “falta de voluntad explícita” y “buenismo ingenuo”, los afectados han amenazado con llevar a cabo “movilizaciones”, aunque ninguno de los presentes ha querido aclarar en qué tipo de actuaciones se estaría pensando.