Hace unos días, cuando el car carrier FELICITY ACE cubría la ruta entre Emden (Alemania) y Rhode Island (EE.UU.) transportando 4.000 coches de alta gama, se declaró un incendio en sus bodegas, y ante la imposibilidad de extinguirlo la tripulación tuvo que abandonar el buque. Al final, se hundió en el océano Atlántico, en aguas portuguesas.
El primer buque Ro-Ro se construyó en el año 1956 para transportar tres camiones entre Massachussets continental y la isla de Nantucket. Con el transcurrir del tiempo este tipo de buques han copado el transporte de la carga rodada, pues elimina muchos costes de estiba y agiliza el tiempo de las cargas y descargas.
Las siglas Ro-Ro son el acrónimo inglés de roll on – roll off que admite todo tipo de maquinaria y vehículos. Luego están los car- carriers que solo admiten coches. Los Ro-Lo, un híbrido de Ro-Ro y portacontenedores, con dos cubiertas, una para cada tipo de carga; y por último los Ro-PAX que son barcos similares a los Ro-Ro pero que pueden llevar pasajeros, llamados comúnmente ferris.
Los incendios en los buques representan un serio problema de seguridad en el mundo marítimo. Según la Safety & Shipping Review de Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS) es la tercera causa de pérdidas de buques en la última década. Podríamos estar hablando de que uno de cada cinco siniestros totales en el mundo es debido a un incendio a bordo del buque. De todos estos siniestros los Ro-Ro son los más expuestos.

Todo incendio suele producir en las personas desasosiego, miedo, ansiedad, pánico y un sin fin de sensaciones negativas que se magnifican cuando sucede en las rutas de navegación debido a la limitación del espacio del buque y al medio inestable en el cual se mueve; en esas circunstancias, las situaciones de estrés por las que pasan los tripulantes adquieren unas dimensiones extraordinarias.
Los Ro-Ro en general tienen más probabilidad de incendios y pérdida de estabilidad que otros buques. Hay que tener en cuenta que para facilitar la movilidad de la carga y descarga de vehículos rodados las bodegas o cubiertas no están divididas por mamparos y por tanto los espacios no están delimitados, lo que implica grandes volúmenes de aire en el interior, produciéndose un suministro rápido de oxígeno al mínimo conato de incendio.
La probabilidad de incendio se incrementará a medida que aumentemos el número de coches transportados y más difícil será contenerlo y extinguirlo. En la actualidad, los buques cada vez son de mayor capacidad, transportan mayor número de coches y a la mínima incidencia el fuego supera el control de la tripulación y hace que ésta tenga que abandonar el buque y al final el siniestro sea total.
LOS PROBLEMAS DFE INCENDIO EN LA BATERIAS DE LITIO
Las baterías de iones de litio tienen un peligro inherente de incendiarse espontáneamente por encima de los 60 grados centígrados, debido a la inestabilidad del elemento metálico del litio y a la densidad de energía acumulada que produce más calor, lo cual, lleva a los componentes de la misma a aumentar su temperatura. También se podrían dañar por temperaturas bajo cero, al convertir en inestable el sistema. Otro motivo podría ser por golpes fuertes accidentales, los cuales lograrían perforar la batería y provocar un incendio.
Además de lo expuesto, en caso de daño, en este tipo de baterías se tarda en detectar el posible incendio. El fuego no suele producirse hasta varias horas después, incluso, pueden pasar más de 72 horas.

Uno de los factores por el que pueden explotar las baterías de litio reside en el tiempo que pasan sometidas a un foco de calor, que puede afectar a la separación de las celdas hasta provocar un contacto entre ellas y la consiguiente explosión. Es decir, los problemas de incendios los podríamos sintetizar en tres casos:
– sobrecarga eléctrica: durante la carga y descarga
– daños mecánicos: en combinación con la densidad de energía acumulada
– sobrecarga térmica: provocada por el calor externo o fuentes de energía
EL CASO DE CAR CARRIER ‘FELICITY ACE’
Estamos hablando de un buque que transportaba 4.000 coches de alta gama, por tanto nos estamos refiriendo a un almacenaje en sus bodegas de 4.000 baterías de litio, y, aunque no hay una norma internacional aplicable, las exigencias de seguridad de algunos países para su almacenaje son las siguientes: que dichas baterías deben estar separadas de otras zonas espacialmente (al menos 5 metros) o estructuralmente con estructuras ignífugas para reducir al mínimo la probabilidad de incendios.
Nada de esto se cumplía en el buque hundido. Hay que señalar que estamos ante una nueva realidad de accidentes marítimos que, si los organismos internacionales competentes no intervienen, causarán un mayor número de siniestros por incendio a bordo de los buques Ro-Ro y de manera especial en los car carriers. Por suerte, en este caso, las pérdidas solo fueron materiales y la tripulación al completo pudo abandonar el barco.
Una de las posibles medidas a tomar podría consistir en que a partir de un número determinados de coches transportados, el buque tuviera que disponer de cortinas desplegables de material ignífugo de separación al objeto de dividir en secciones las bodegas o cubiertas del buque para controlar mejor los posibles incendios.