Las anclas y cadenas de fondeo de las embarcaciones producen un impacto negativo sobre los fondos marinos por causa del arranque y arrastre. En los últimos años se está registrando un incremento del uso de los anclajes ecológicos para la preservación del fondo marino y la posidonia. En Baleares existe el decreto del Consell de Govern de les Illes Balears de 2018, normativa que prohíbe el fondeo de embarcaciones sobre la posidonia oceánica y promueve los anclajes de bajo impacto. En Murcia se pretenden instalar fondeos ecológicos para proteger las praderas de fanerógamas del litoral de Cabo de Palos. También en Francia, en el Parque Nacional Calanques, pretenden instalar, a partir de 2024, boyas de amarre con fondeo ecológico para que los navegantes fondeen en la boya y no en la pradera de posidonia.
En este sentido, los fondeos ecológicos de Almarin eliminan la erosión por borneo de la línea de amarre y se pueden sujetar al fondo con un anclaje mecánico o de gravedad, ambos considerados de bajo impacto. Compuestos por un elemento de elastómero y un cabo sintético en lugar de una cadena, estos anclajes ofrecen estabilidad y comodidad al usuario, ya que absorben energía y disipan las fuerzas provocadas por oleaje y viento. Los elastómeros fabricados específicamente para esta aplicación, con miles de instalaciones en todo el mundo, pueden alargarse repetidamente hasta un 70% y volver a su longitud original. En casos puntuales pueden llegar al 200% de extensión. Resistentes a la bioincrustación, además de reducir la huella medioambiental, absorben los tirones a las embarcaciones.
Este tipo de fondeos ecológicos requieren una inversión inicial ligeramente superior a los fondeos clásicos con cadenas, pero, como contrapartida, aumentan la densidad de amarres debido al reducido radio de borneo y disminuyen los gastos de mantenimiento. Además, al ser respetuosos con el medio ambiente, a medio plazo comportará una mejora del entorno, con lo que se incrementará el interés turístico de la zona y se convertirá en una mayor fuente de ingresos para los ayuntamientos. Determinar cuál es el fondeo adecuado en un área delimitada requiere conocimiento técnico, un estudio de la zona con cálculos de fondeo y un plan de organización de las embarcaciones. Con una solución bien dimensionada y un correcto asesoramiento, el amarre puede llegar a tener una vida útil de 30 años.
Almarin, que forma parte del Grupo Lindley, es una empresa altamente especializada en la elaboración de estructuras marítimas. La compañía cuenta con más de 30 años dedicados al suministro de boyas de navegación en áreas que registran las condiciones más exigentes del mundo, desde el Río Guadalquivir, en Sevilla; el río Magdalena (Colombia), el río Orinoco (Venezuela) y el río Tajo hasta zonas como el frente Atlántico de Lisboa, en Portugal, o Punta Langosteira, en La Coruña.