La costa está que arde: los cargadores y receptores se suben por las paredes. Y no es para menos. El mercado de fletes desde Asia a Estados Unidos y Europa ha subido en órdenes superiores al 100% de un año hacia aquí.
Factores que ya conocemos como el blank sailing, unido a la progresiva dilatación del viaje, han provocado que los barcos lleguen muy cargados a sus puertos destino en Estados Unidos y Europa. Sin una capacidad de descarga y entrega a los ritmos que serían necesarios en vista de las circunstancias, el equipo vacío no ha estado disponible tampoco para retornar a los puertos de Extremo Oriente. El resultado es obvio: falta de equipo. Si unimos la falta de equipo a los factores señalados, tenemos una situación diríamos que dramática, los embarques se retrasan por falta de equipo, los buques no llegan por el alargamiento del viaje (menos rotaciones, cancelación de salidas… sin espacio, sin buques, sin servicio… Este es el panorama que tienen y tendrán los cargadores y/o receptores desde Extremo Oriente a Estados Unidos y Europa en lo que resta de 2020. Y los demás mercados sufren las secuelas.
Los armadores están incrementando sus flotas fletando en time charter todo lo que pueden. El comercio internacional no se desanima, y la consecuencia es el aumento de los fletes. Aumento que continuará durante el inicio de 2021 a pesar de las quejas de las asociaciones de cargadores y de las de transitarios. Durante un tiempo, este va a ser un mercado en manos de la oferta que impondrá sus condiciones hasta bien entrado el próximo año.