En Rotterdam, el tráfico total de mercancías se redujo sólo un 0,9%, hasta 219,7 millones de toneladas, debido principalmente al descenso de un 8,7% de las descargas de crudo de petróleo (hasta 46,2 millones de toneladas), un segmento que supone una cuarta parte del tráfico total de este puerto.
Por lo que se refiere al tráfico de contenedores del primer puerto europeo, registró resultados dispares: aunque el número de contenedores movidos aumentó un 1%, hasta 5,9 millones de TEUs, se registró un descenso de un 2,0% de las toneladas de carga en contenedores, que sumaron 61,7 millones de toneladas. Según un portavoz del puerto consultado por los medios internacionales, esto se explicaría por el deterioro de la economía europea, con repercusiones especialmente en los contenedores de transbordo en tráficos feeder (con un descenso del 6%), en parte porque los armadores tratan de reducir costes realizando más escalas directas que antes.
Por su parte, en el puerto belga de Amberes, el tráfico total evolucionó positivamente, aumentando un 2,0% respecto del primer semestre de 2012, hasta los 95,66 millones de toneladas, gracias sobre todo a que los tráficos de graneles líquidos crecieron muy significativamente (un 33%, hasta los 29,25 millones de toneladas).
Sin embargo, el número de contenedores movidos descendió un 1,7%, hasta 4,29 millones de TEUs, y las toneladas movidas en contenedores cayeron un 3,8%, hasta los 51,51 millones.
Ambos puertos están buscando reforzar aún más sus posiciones comerciales ampliando su capacidad. Mientras, en mayo, Rotterdam inauguró la primera fase de su nueva zona de ampliación Maasvlakte 2, con calados de hasta 20 metros, Amberes también tiene planes de expansión sobre la margen izquierda del río Escalda.