Los recientes informes del IPCC y el subsiguiente énfasis en la COP26 sobre la necesidad de tomar medidas urgentes para salvar el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados, incluida la decisión de revisar anualmente los compromisos de reducción de emisiones, es una llamada de atención que la Organización Marítima Internacional (OMI), no debe ignorar.
Según un avance de Según Ecodes, organización independiente sin fines de lucro que trabaja hacia un desarrollo sostenible y respetuoso con el medio ambiente, en la actualidad, la OMI no tiene ninguna estrategia en marcha ni planificada que contribuya a reducir de forma significativa las emisiones de los buques antes de 2030, y mucho menos las reducciones necesarias para mantener la senda del calentamiento por debajo de 1,5 grados. De acuerdo con las propuestas actuales, que harán que las emisiones de los buques sigan aumentando hasta 2030, el sector marítimo agotará su presupuesto de carbono de 1,5 grados en 2029.
En la 77ª sesión del Comité de Protección del Medio Marino (MEPC77) de la OMI, que se celebrará la semana que viene, los países deben responder rápidamente a los avances de la COP26 y reorientar el trabajo de la OMI hacia esfuerzos que reduzcan el impacto climático de los buques antes de 2030. La necesidad de una transición justa (y la compensación por pérdidas y daños) fueron también demandas importantes surgidas de la COP26 que la OMI debe abordar.
En particular, los países tienen la oportunidad de:
- Alinear el transporte marítimo con el objetivo de 1,5 grados: comprometerse a reducir los impactos climáticos de los buques en un plazo coherente con el mantenimiento del calentamiento por debajo de 1,5 grados, lo que incluye llegar a cero en 2050 a más tardar y reducir las emisiones a la mitad en 2030;
- Reforzar las medidas a corto plazo: reabrir las discusiones sobre el nivel de ambición en su propia medida a corto plazo con vistas a acordar nuevos objetivos coherentes con la reducción a la mitad de las emisiones para 2030;
- Abordar las emisiones de carbono negro: adoptar medidas decisivas para abordar por primera vez el impacto en el Ártico del 20% del impacto climático del transporte marítimo que es causado por el carbono negro, un forzador del clima de vida corta; y
- Establecer una tasa de emisiones de GEI: acordar una tasa mínima de 100 dólares/tonelada sobre el combustible de los barcos para facilitar una transición justa.
Esto constituirá un cambio significativo en la dirección de la labor climática de la OMI, pero el cambio es necesario para evitar que el sector del transporte marítimo socave el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados y comprometer a miles de millones de personas en todo el mundo en el caos climático.
La cumbre COP26 ya ha sentado una base importante para este cambio, ya que:
● 54 países vulnerables al clima firmaron la declaración de Dhaka-Glasgow, exigiendo una tasa de carbono sobre el combustible de los barcos;
● 22 países acordaron establecer corredores de transporte marítimo descarbonizado a través de la Declaración de Clydebank;
● 14 países respaldaron la Declaración sobre el transporte marítimo con cero emisiones para 2050.
Marina Gros, responsable de la campaña “Por un transporte marítimo limpio” de Ecodes comenta: “La sociedad civil celebramos y aplaudimos a los firmantes por su liderazgo climático y les instamos a que hagan sentir su presencia en el MEPC77. Sin embargo, insistimos en que se mantengan en sus posiciones de alinearse con el objetivo de 1,5° de temperatura, teniendo así que reducir a la mitad las emisiones del transporte marítimo para 2030, y que apoyen una tasa de carbono tanto dentro como fuera de la OMI”.
“No podemos permitir que el sector responsable del 3% de las emisiones a nivel mundial, se quede atrás en el camino de la descarbonización. Seguiremos vigilando de cerca el debate en la OMI para asegurarnos de que los compromisos climáticos de la COP26 se traducen en acciones concretas”, concluye.
Background
En la COP26, 55 países del Foro de Vulnerabilidad Climática (de los cuales 47 son Estados miembros de la OMI) firmaron la declaración de Dhaka-Glasgow, que incluye un segmento marítimo que apoya una tasa sobre los gases de efecto invernadero (GEI), es decir, el precio del carbono, que alinea las emisiones del transporte marítimo con una trayectoria de 1,5° en la OMI.
Por supuesto, una trayectoria de 1,5°, según el IPCC, requiere una reducción del 45% de las emisiones globales para 2030, y llegar a cero emisiones globales antes de 2050. Esto significa que la declaración conlleva un apoyo explícito a la reducción drástica de las emisiones en esta década, una tasa sobre los gases de efecto invernadero y un apoyo implícito al fortalecimiento del objetivo de cero emisiones para 2050.
22 países firmaron la Declaración de Clydebank para crear «corredores verdes» para el transporte marítimo con cero emisiones de carbono para 2025. Para que estas rutas marítimas sean comercialmente viables será necesario fijar un precio significativo del carbono, entre 200 y 400 dólares/tonelada, o unas normas de combustible de fuerza equivalente que incentiven la adopción inmediata de combustibles con cero emisiones de carbono, y no sólo con bajas emisiones.
Además, 14 países han firmado la Declaración sobre el Transporte Marítimo con Emisiones Cero para 2050: Esto eleva el total a 49 países que apoyan el transporte marítimo de emisiones cero para 2050 (incluidos 8 miembros de la rama asiática del CVF que apoyaron el transporte marítimo de emisiones cero para 2050 en una declaración a finales de septiembre).
Si se añaden los restantes miembros del CVF, que, como se ha señalado anteriormente, han apoyado un objetivo de temperatura de 1,5ºC que requiere cero emisiones para 2050, el número total de países que apoyan un transporte marítimo neutro desde el punto de vista climático para 2050 asciende a 93. Se trata de una clara mayoría de los 175 Estados miembros de la OMI.
3% de las emisiones totales de gases GEI
En cuanto al transporte marítimo, en general, alrededor del 90% de todas las mercancías comercializadas se transportan a través de los océanos en buques de carga, actualmente todos impulsados por combustibles fósiles como el fuelóleo pesado (HFO). La OMI calcula que el transporte marítimo representa actualmente casi el 3% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Los investigadores advierten que en 2050 podría representar hasta el 10% de todas las emisiones.
El sector también produce hasta el 15% de las emisiones de óxido de azufre y óxido nitroso fabricadas en el mundo, que afectan de forma desproporcionada a las comunidades de color con bajos ingresos que viven cerca de los puertos. Como resultado, las emisiones del transporte marítimo están relacionadas con unos 6,4 millones de casos de asma infantil en el mundo y 260.000 muertes prematuras al año.
Respecto del carbono negro (BC), es un potente contaminante climático de corta duración que tiene un impacto desproporcionado cuando se emite en el Ártico o cerca de él. Las emisiones de BC procedentes del transporte marítimo en el Ártico aumentaron un 85% entre 2015 y 2019. Las medidas para reducir las emisiones de BC mejorarán la salud humana, además de mitigar el cambio climático. Como primer paso para abordar este problema en el MEPC77, los miembros de la OMI deberían adoptar una resolución sobre el BC que inste al uso voluntario de combustible destilado con baja aromaticidad por parte de los buques que operan en el Ártico y cerca de él.