Hace unos días, el organismo maltés de investigación de siniestros marítimos (Marine Safety Investigation Unit) publicaba un Aviso de Seguridad, con el número 01/2013, en el que atribuía la causa del accidente a la rotura del cable de popa del bote siniestrado (documento adjunto).
Más allá del aviso de las autoridades maltesas, Mary Lee Tuen, una consultora marítima domiciliada en Canadá, lanzaba a mediados de febrero un debate sobre el luctuoso accidente del THOMSON MAJESTY en el marco del foro de Linkedin “Maritime Accident Investigation”, con 4.972 miembros. El debate contó con una importante participación, 75 comunicados, algunos de ellos auténticas lecciones sobre la materia.
Conclusiones: los accidentes con los sistemas de arriado de botes son demasiado frecuentes y desde hace demasiados años; los fabricantes de estos sistemas van por libre y compiten en el mercado numerosos mecanismos, ninguno igual, todos ellos manifiestamente mejorables en su ergonomía y en su seguridad; las instrucciones de estos sistemas suelen ser incompletas y a menudo poco comprensibles; la revisión de los pescantes y los cables debería ser cada año y no cada cinco años como ahora está establecido; los ejercicios con los botes deberían ser menos frecuentes; la OMI debería regular los sistemas de arriado e izado de los botes, de modo que se homogeneizaran los sistemas y los marinos pudieran manejarlos con conocimiento.