El proceso de descarbonización en los puertos y en la industria marítima implica una serie de modificaciones significativas en la forma en que se transportan las mercancías y en cómo viajan los pasajeros, y en la gestión de las infraestructuras portuarias.
Ejemplos de los cambios del paradigma hay muchos pero, entre los principales destacan los siguientes:
- Transición hacia combustibles de bajas emisiones: La descarbonización implica una transición hacia combustibles de baja emisión de carbono. Los más nombrados son un combustible de transición del modelo como es el gas natural licuado (GNL); o el hidrógeno verde, para reducir la huella de carbono de los buques. Los puertos y las empresas navieras están en procesos de adaptación a estos nuevos combustibles y para asegurar que haya suficientes puntos de suministro para abastecer a los barcos.
- Electrificación de la infraestructura portuaria: Para reducir aún más las emisiones, se espera que los puertos, en los próximos años, adopten tecnologías más limpias y sostenibles, como la electrificación de sus infraestructuras: esto incluye, por ejemplo, la utilización de grúas eléctricas o la instalación de paneles solares y sistemas de almacenamiento de energía para reducir la dependencia de los generadores diésel.
- Mejora de la eficiencia energética: Para reducir la cantidad de energía necesaria para transportar las mercancías, los buques deberán mejorar la eficiencia energética y -también- reducir su velocidad de navegación. Además, los puertos ya están adoptando medidas para reducir el tiempo de espera de los barcos y mejorar la eficiencia de las operaciones portuarias.
- Implementación de tecnologías de reducción de emisiones: Las tecnologías de reducción de emisiones, como los sistemas de tratamiento de gases de escape y los sistemas de recirculación de gases de escape, también son importantes para reducir las emisiones de los mercantes. Los puertos tendrán que asegurarse de que estas tecnologías estén disponibles y sean eficaces para cumplir con los objetivos de descarbonización.
- Cambio en las prácticas de transporte: La descarbonización también podría implicar un cambio en las prácticas de transporte, como la utilización de buques más pequeños y la reorganización de las cadenas de suministro para reducir las distancias de transporte y aumentar la eficiencia. En este sentido, en el caso europeo las autopistas del mar son fundamentales, así como pasa con el cabotaje marítimo nacional. A medio plazo los enclaves más pequeños de los sistemas portuarios apuntan a que dependerán de un puerto hub principal desde el que se distribuirán las mercancías, ya sea vía marítima o ferroviaria.
La automatización: una opción alternativa con pros y muchos contras
La automatización o semiautomatización de las terminales podría tener un impacto positivo en la descarbonización de los puertos, según explican algunos expertos. No obstante, esta circunstancia dependerá de cómo se implemente y de la eficacia de las tecnologías utilizadas.
A nivel genérico, la automatización de las terminales podría mejorar la eficiencia de las operaciones portuarias y reducir el tiempo de espera de los buques, lo que puede reducir el consumo de combustible y las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, la automatización puede permitir la optimización del uso de los recursos, como la energía y el agua, lo que también puede contribuir a la reducción de emisiones. No obstante, cabe recordar el informe hecho público por IDC e ITF según el cual se alerta del impacto negativo de la automatización a nivel económico, social o energético (en este enlace).

Además, la automatización también puede requerir la utilización de equipos y maquinarias de alta tecnología, que pueden tener una huella de carbono significativa en su fabricación y transporte. También puede tener un impacto en el empleo, lo que puede tener consecuencias sociales y económicas en las comunidades portuarias.
Lo ideal es que se implemente de manera responsable y sostenible, teniendo en cuenta todos los factores sociales, económicos y ambientales relevantes. Además, la automatización debe ir acompañada de medidas complementarias, como la utilización de combustibles de bajas emisiones, la mejora de la eficiencia energética o la implementación de tecnologías de reducción de emisiones, para lograr una descarbonización efectiva y completa de los puertos.
Alternativas al combustible tradicional
En la industria marítima existen varios tipos de combustibles alternativos que pueden ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y cumplir con los objetivos de descarbonización. Algunos de los combustibles alternativos más comunes son:
- Gas natural licuado (GNL): Es un gas natural que se enfría hasta convertirse en líquido y se utiliza como combustible para motores de combustión interna en los buques. La mayoría de los expertos coinciden en que se trata de la principal fuente de propulsión de transición hacia un modelo de cero emisiones. El GNL puede reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) en un 85%-90% y las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en un 20%-25% en comparación con el combustible diésel convencional.
- Hidrógeno verde: Es producido a partir de fuentes renovables como la energía solar y eólica, y puede ser utilizado como combustible en células de combustible a bordo de barcos. El hidrógeno verde no produce emisiones de gases de efecto invernadero durante su uso y es considerado uno de los combustibles más limpios.
- Biocombustibles: Son combustibles derivados de fuentes biológicas como el aceite de palma, la soja o el aceite de colza, entre otros. Estos biocombustibles pueden reducir las emisiones de CO2 en comparación con el combustible diésel convencional, aunque su uso puede plantear problemas de sostenibilidad y de impacto ambiental.
- Metanol: Es un combustible líquido derivado de la biomasa y el gas natural, y puede ser utilizado en motores de combustión interna en los buques. El metanol puede reducir las emisiones de CO2 entre un 15% y un 20% en comparación con el combustible diésel convencional.
- Baterías: Las baterías eléctricas se están utilizando cada vez más en barcos pequeños, en la náutica de recreo y en embarcaciones de servicio para reemplazar los motores diésel convencionales. No emiten gases de efecto invernadero durante su uso, pero requieren energía eléctrica para ser cargadas y producidas, lo que puede tener una huella de carbono significativa dependiendo de la fuente de energía utilizada.
- Ammonia: Es un gas incoloro que puede ser utilizado como combustible en motores de combustión interna y en células de combustible. El uso de amoníaco como combustible puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y de contaminantes atmosféricos. Sin embargo, el amoníaco es tóxico y requiere precauciones especiales en su almacenamiento y manejo.
- Biogás: Es un gas producido a partir de la fermentación de materia orgánica, como residuos agrícolas o municipales. El biogás se puede purificar y comprimir para su uso como combustible en motores de combustión interna o en células de combustible.
- Combustibles sintéticos: Se producen a partir de la captura y conversión de dióxido de carbono y el agua utilizando energías renovables. Estos combustibles pueden utilizarse en motores de combustión interna convencionales sin requerir modificaciones en el motor.
- Gases de síntesis: Son gases producidos a partir de la gasificación de biomasa o residuos orgánicos. Estos gases pueden ser convertidos en combustibles líquidos como el metanol y el diésel sintético, que pueden ser utilizados como combustible en motores de combustión interna.
- Biometano: Es un gas renovable producido a partir de la descomposición de materia orgánica como residuos agrícolas y de alimentos. El biometano puede ser utilizado como combustible en motores de combustión interna y puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Hidrógeno azul: Es producido a partir de gas natural, pero el CO2 generado en el proceso de producción es capturado y almacenado. El hidrógeno azul puede ser utilizado como combustible en células de combustible y puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Etanol: Es un alcohol renovable producido a partir de la biomasa y puede ser utilizado como combustible en motores de combustión interna. El etanol puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y de contaminantes atmosféricos.

En general, los puertos están trabajando para prepararse para suministrar nuevos combustibles a la industria marítima. La transición hacia combustibles alternativos es un proceso que involucra no solo a los armadores y operadores de buques, sino también a las infraestructuras portuarias y a los proveedores de combustibles.
En los últimos años, los puertos han estado invirtiendo en nuevas infraestructuras para suministrar combustibles alternativos a los buques, incluyendo terminales de gas natural licuado (GNL), terminales de hidrógeno y terminales de amoníaco, que parecen las tres alternativas con más posibilidades. También se están desarrollando sistemas de suministro de combustible para biocombustibles y otros combustibles alternativos.
Además, varios puertos y administraciones portuarias nacionales e internacionales están implementando incentivos y programas de apoyo para fomentar el uso de combustibles alternativos en la industria marítima. Estos programas incluyen incentivos financieros, reducciones en las tarifas portuarias, programas de asistencia técnica u otros tipos de apoyo.
Sin embargo, la implementación de nuevos combustibles alternativos en los puertos también enfrenta desafíos: como explicábamos anteriormente el primero es la falta de infraestructuras, ya que se requieren inversiones que, de momento, hacen tener que estudiar planes de viabilidad a largo plazo; la segunda es la incertidumbre en cuanto a la demanda de combustibles alternativos y la necesidad de cumplir con los requisitos regulatorios y de seguridad, además de la fluctuación de sus costos.