En cualquier caso, se avecina una batalla amarga en Galicia. Por un lado, el Gobierno autonómico pretende preservar todos los empleos ya que, en caso contrario, podrían salir algunos trapos sucios de la conselleria de Medio Rural y de Mar a raíz de las deficientes gestiones del expresidente de Pescanova, permitidas por el ejecutivo de Núñez Feijoó. Esto ya ha empezado a suceder, sin ir más lejos, en la editorial de la revista Industrias Pesqueras, controlada por el exconsejero delegado de Pescanova, Alfonso Paz-Andrade.
Por otro lado, como es lógico, los acreedores creen necesaria una reducción de puestos de trabajo que lleve a Pescanova a una situación de estabilidad presupuestaria, es decir, a una viabilidad económica que ayude a crecer a la compañía en un futuro a medio plazo.
De no haber sido por las entidades financieras, la empresa pesquera no habría tenido capacidad para crecer. Esta es la principal baza de los bancos frente a la opinión de una Xunta, que permitió y tapó las trampas del anterior presidente de la compañía, Manuel Fernández de Sousa, dimitido hace unas semanas, como ya explicó NAUCHERglobal.
En cualquier caso, las entidades financieras acreedoras ya han filtrado que exigirán a los administradores y al Gobierno gallego el nombramiento de un presidente independiente, y éste gustaría que recayese en la figura de José Carceller, segundo accionista de Pescanova a través de la participación de la cervecera Damm.
No obstante, desde el ejecutivo autonómico temen que la compañía catalana se haga con el control total de la empresa alimentaria a través de esta operación, un negocio que, pese a que se profesionalizaría, les dejaría sin poder político, algo que ya ha levantado las primeras voces en contra en el seno del Partido Popular gallego.
En poco menos de un mes, con el informe de Price Waterhouse Coopers, tendremos las primeras respuestas y NAUCHERglobal les informará detalladamente de los acontecimientos.