Ante la crisis provocada por el anuncio de cierre del mítico astillero de Sestao, que ha dejado en la calle a más de 170 trabajadores, el resto de empresas del sector se han esforzado por mantener e incluso incrementar su actividad a pesar de la pandemia de la Covid-19. Tras el despido de los empleados de La Naval en marzo de 2019, y a la espera de que algún inversor quiera recuperar la construcción de buques, algunas firmas como Zamakona, Balenciaga y Murueta han incrementado su cartera de pedidos en los últimos meses, acumulando 14 proyectos, gracias a acuerdos con armadores nórdicos.
En el caso de la vizcaína Astilleros Zamakona, construirá un buque para transporte de pescado vivo de 72 metros de eslora por 17 de manga y una capacidad de carga de 2.200 m3 para la compañía noruega Intership AS. El buque tiene prevista su entrega en el primer trimestre de 2022. Esta construcción operará en el este de Canadá, dando servicio al mayor productor mundial de salmón atlántico: Mowi ASA.
El nuevo barco para transporte de pescado vivo se construirá en las instalaciones de Zamakona en Bilbao, basándose en un diseño de la ingeniería noruega NSK Ship Design. El barco estará equipado con un sistema de ósmosis inversa totalmente integrado y una gran capacidad de producción en relación con el volumen de los tanques de pescado.
Cartera de seis buques de Balenciaga
Por su pare, el Astillero de Balenciaga (Zumaia) ha logrado un contrato con Samlaks para construir una nave de procesamiento. Con esta iniciativa, Balenciaga aumenta su cartera de pedidos a seis buques.
La fábrica principal y el equipo de procesamiento serán entregados por Stranda Prolog AS y Optimar AS y se construye con el fin de maximizar la eficiencia, asegurar la higiene y la calidad óptima del pescado. El buque tendrá seis líneas de sacrificio, y la fábrica tiene una capacidad de recolección de 120 toneladas por hora. En cuanto a la capacidad del tanque refrigerado del buque es de 600m³.
Tanto el motor principal como los generadores del buque han sido diseñados/seleccionados pensando en los futuros requerimientos del sector naviero, el llamado nivel III de la OMI. Además, el buque estará preparado para futuras soluciones híbridas de batería e hidrógeno. En este momento, el propietario está en el proceso de elegir qué solución híbrida tendrá el buque en el momento de la entrega.
El barco contribuirá a la huella ambiental con una reducción de las emisiones, la disminución de los desechos, la mejora del bienestar de los peces y la reducción del riesgo de contaminación mediante la recogida de los peces in situ y el transporte cerrado. La nueva construcción ha sido diseñada en cooperación por Maritime Engineering AS y Artic Group AS.
Otro de los grandes astilleros vascos, Murueta, no ha firmado nuevos contratos, pero mantiene una cartera de 14 buques en construcción. Estos son solos tres ejemplos que demuestran el buen momento que atraviesa el sector, a pesar de la pandemia y de la crisis derivada de La Naval.
Uno de cada cuatro pedidos
El País Vasco acumula un 24% de los pedidos del sector en España, situándose en segundo lugar, solo superada por Galicia. Estas cifras también animan a la industria auxiliar, también tocada por la crisis de La Naval.
El conjunto de las empresas del sector marítimo vasco alcanzaron una facturación de 2.855 millones de euros en el año 2019, un 2,5% más respecto al 2018. En lo que hace referencia al empleo, las empresas del sector marítimo vasco contaban con unas plantillas de un total de 13.705 trabajadores, lo que significa incrementar en un 1,1% la cifra registrada el ejercicio anterior.