Los miembros del consejo de administración del consorcio Albert Ballin, accionista mayoritario de Hapag-Lloyd con un 77,96% de su capital explicaron que «la principal razón de esta decisión es que ambos grupos hasta ahora ha sido incapaces de llegar a un acuerdo sobre los aspectos asociativos en la operación transaccional».
Por su parte, la familia Oetker (propietaria de Hamburg Süd, y con intereses en España de la mano de Damm y Ebro Puleva -y una más que posible entrada en el sector pesquero a través de Pescanova, también de la mano de Damm) no desearon comentar públicamente los puntos en discusión que han llevado a paralizar las negociaciones. Sin embargo, sí explicaron que verían de una manera positiva una futura salida a bolsa de la nueva compañía resultante de la fusión de cumplirse ciertas condiciones.
Asimismo, el consejo consultivo y el consejo ejecutivo de Hamburg Süd mantiene firme la opinión de que la fusión de Hapag-Lloyd y Hamburg Süd redundaría en un enorme beneficio para ambas empresas, así como para el puerto de Hamburgo y su área de influencia como foco marítimo en el norte del continente europeo.
Recordar que, en estos momentos, la flota de Hapag-Lloyd cuenta con unos 150 buques de contenedores, con una capacidad total de carga de 675.000 TEUs, mientras que la flota de Hamburg Süd está formada por más de 100 portacontenedores con una capacidad de más de 400.000 TEUs; y que su eventual fusión conformaría la cuarta naviera más importante del mundo por volumen de movimientos. (Leer artículo de NAUCHERglobal).