Así, los 392 metros lineales de muelles inaugurados, con calados entre los 9 y los 18 metros, y los 48.000 metros cuadrados de explanadas de operaciones y almacenamiento, dan respuesta a las demandas actuales y futuras que el tráfico de gráneles sólidos requiere para poder aumentar su actividad.
El máximo responsable de los puertos españoles destacó que este proyecto era el revulsivo que necesitaba la economía de la provincia, y especialmente de la comarca, «es un proyecto que trasciende al ámbito portuario porque supone un impulso al desarrollo logístico e industrial de la zona» señaló.
El presupuesto total del proyecto ha ascendido a 18,4 millones de euros, de los cuales 14,7 millones han sido financiados con Fondos Feder de la Unión Europea.
El muelle de Ribera I ha consistido en la creación de una línea de atraque sensiblemente paralela a la actual orilla del puerto de Endesa, con una longitud de 246 metros. Esta estructura de atraque se define como un muelle de cajones con cámaras antirreflejantes, con el fin de que la reflexión producida por el oleaje proveniente de direcciones que el dique de abrigo no es capaz de absorber, no afecte al muelle principal de Endesa.
Este muelle se define con cajones flotantes de hormigón armado de 49,12 metros de eslora, 19,50 metros de puntal y 15,55 metros de manga cada uno. Estos cajones se encuentran aligerados con celdas, 10 en sentido longitudinal y 4 en sentido transversal.
Por su parte, el muelle de Ribera II consiste en una alineación de 146 metros y 9 metros de calado paralela a las cintas de descarga de Endesa. La estructura de atraque se define como un muelle claraboya con celdas.