En San Carlos de la Rápita, al sur de Cataluña, hace ya tiempo que los organismos públicos y privados con voz en la economía de la comarca Tierras del Ebro apostaron por los cruceros turísticos, una actividad que, por lo bajo, deja en la zona un mínimo de 10.000 euros por barco.
El puerto de Sant Carles de la Ràpita se promociona en los foros del mercado crucerístico bajo la marca Delta Ebre Port, con la que se ha creado el sitio en red deltaebreport.com y se han diseñado materiales divulgativos para promocionar el puerto, la ciudad, el entorno natural del delta, la cultura, la gastronomía, los deportes el ocio que se ofrece a las compañías de cruceros y a sus pasajeros. El esfuerzo ha sido posible gracias a un acuerdo institucional en que participan Ports de la Generalitat, el Ayuntamiento de San Carlos, el Patronato de Turismo Tierras del Ebro y la Cámara de Comercio de Tortosa.
Esos esfuerzos recogieron el pasado 15 de julio su primer fruto con la primera escala en el puerto de San Carlos del STAR FLYER, un precioso velero de 4 palos construido en 1991, con 300 toneladas de desplazamiento, 111,6 metros de eslora y 14,1 metros de manga, bandera de Malta.
El STAR FLYER se dedica a hacer cruceros por los puertos del Mediterráneo donde los grandes buques no pueden ni fondear. Eso y el escaso número de pasajeros que transporta constituyen su mejor atractivo. El STAR FLYER hizo su segunda escala en San Carlos de la Rápita el miércoles 23 de julio.
El de Sant Carles es el tercer puerto gestionado por Ports de la Generalitat con tráfico de cruceros que forma parte del mapa de las compañías de cruceros en el Mediterráneo. Esta temporada los puertos de San Carlos de la Rápita, Palamós y Roses recibirán 53 escalas de crucero y 41.000 pasajeros. Se estima que la actividad crucerística generada por los tres enclaves deje este año un impacto económico de unos 3 millones de euros.