No se vislumbra un panorama esperanzador, a la vista de que lo que acontece y de lo que se acerca, al menos hasta más allá del verano.
En principio constatamos (según nos indican noticias de las grandes consultoras del sector), que la demanda de buques portacontenedores en el mercado de fletamentos, no afloja. Quiere esto decir que, a pesar de que se han incorporado y se incorporarán este 2022 nuevos buques a la flota mundial, los armadores siguen alquilando todo lo que flota… Un portacontenedores de 2.700 TEUs se ha fletado para 36 meses por 50.000 dólares al día en este mes de enero, y otro de 3.500 TEUs por 60.000 (datos de Alphaliner).
Este hecho evidencia la confianza en el futuro de las navieras portacontenedores, que se lanzan a alquilar para tener capacidad de transporte. No esperan que se reduzcan los flujos, porque no se reduce la demanda de bienes de consumo por parte de los compradores, sobre todo los norteamericanos.
La globalización de los servicios y las alianzas globales permiten a los armadores asignar los buques a los tráficos que les son más rentables. Estas decisiones, que nos tememos que durarán durante todo este año, les va a permitir asignar las flotas de las alianzas a las líneas en las que obtiene mejores ingresos: Asia-USA, Asia-Europa (ver gráfico adjunto).
Por otro lado, el precio de los combustibles, aumentará inevitablemente, y con toda probabilidad, la consecuencia lógica será su repercusión en los fletes mediante el conocido recargo BAF (Bunker Adjustement factor).
A día de hoy el precio del barril de crudo está por encima de los 90 dólares y, a la vista de la situación política en Europa, no es de esperar una reducción en su precio al menos a medio plazo. El gas natural licuado también mantiene un precio en clara posición alcista.
Por su parte, la congestión en los puertos de la costa Oeste de los Estados Unidos no afloja, y no es de esperar que lo haga al menos hasta después del verano. Entonces, y si baja la voracidad de los consumidores norteamericanos respecto de los bienes de consumo de todo tipo que se importan de Asia, se liberará un número importante de contenedores que se podrán aplicar a otros tráficos por parte de los armadores.
Pero los fletes no bajarán. Al menos en este 2022 o, si lo hacen, será de manera muy ligera. De igual modo, no mejorarán las circunstancias de fiabilidad y transparencia por parte de las líneas marítimas.
Lo que parece que tampoco afloja, son los beneficios de los grandes armadores, “los ocho o diez magníficos”. Éstos, que en 2021 habrán ganado finalmente más de 150.000 millones de dólares –entre todos- que les permite comprar aviones, y líneas aéreas, mantienen expectativas de aún mayores beneficios en este ejercicio.
* Gráfica de Alphaliner de la distribución de la flota de buques portacontenedores respecto del tráfico mundial