A la luz de algunos de los reportajes publicados estamos planteandonos que la sección Marinos de altura pasara a denominarse Majaras con calado. Dice un cuento que el mundo da vueltas por la danza de unos locos, y que cuando se detengan la tierra dejará de girar, triste, pues ya no tendrá ningún motivo para hacerlo, ninguna necesidad de un nuevo día.
Seguimos en Naucher celebrando (en la cuarta y quinta acepción según la RAE de esta palabra – 4. tr. Mostrar o sentir alegría o agrado por algo / 5. tr. Alabar o elogiar algo o a alguien. ) que, como dijo Mafalda, la mujer ya no tiene un trapo a bordo. Ahora tiene un papel.
Recordarán los lectores mas veteranos como las primeras mujeres que quisieron subir al puente tuvieron que echar muchas puertas abajos. Eran otros tiempos que no deben ser juzgados a la ligera. Tuvieron cosas buenas, como un humor que quizás hoy hemos perdido. En fin, por la parte que pudiere tocarnos, examen de conciencia, propósito de enmienda, confesión de los pecados, vayamos en paz.

Ha llovido. Aquellas valientes capitanes han ascendido a base de antiguedad al noble y poco apreciado oficio de abuela, que no vamos a tratar hoy por no caer dentro de los objetivos de NAUCHERglobal. Las que ayer no movían una ceja ante la tempestad, senyoras de la nau del moño a las botas. como dicen las buenas y viejas costumbres de nuestros mayores, ven como ahora la sociedad les obliga a dirigrse al ganchillo, los culebrones de la tele, y como material de estudio como mucho el Hola.
Querida sociedad, me parece que te has equivocado. No sabes con quíén estás hablando.
Vamos a imaginar que chicas como estas no tuvieran interés en jugar a la canasta (el mus prohibido, que es cosa de hombres). Vamos a imaginar que, por aquello de mantener un poco la forma física, decidieran practicar el deporte del remo, y ya puestas así, Bilbao Style, sacaran un llagut tradicional de 300 kilos a aguas abiertas. Vamos a imaginar que las entrevistamos.
UN DEPORTE PARA HOMBRES DE VERDAD.
Debo decir en honor a la verdad que no es un llagut exclusivamente reservado a féminas: cualquiera es bienvenido, que digo, recibido con alegría a bordo, siempre que por algún extraño motivo le apetezca pasar su tiempo libre haciendo de galeote. Domingo por la mañana, hora del vermú: este intrépido plumilla se desplaza al Club Marítimo de Barcelona. Al poco resuenan en la rada las voces de mando de Esther Espasa, la capitana del equipo, y el llagut cruza la Rambla de Mar con una sincronización que para si quisieran falúas reales. Hemos renunciado a la amable invitación a participar en el entreno matinal: Salida a mar abierto desde el Marítimo, dos millas a favor de la ola, dos en contra, vuelta. Así para estirar un poco. Aceptamos encantados, eso sí, unirnos a la segunda parte: un bien ganado aperitivo en la terraza del Marítimo. Dada la mayoría de remeras y por principio de economía lingüística nos parece procedente emplear el femenino en el artículo de hoy.
Esther Espasa, capitana y alma del equipo, lleva en este proyecto desde su creación hace cuatro años. No es solo dar al remo. La educación física es importante, a cualquier edad, y también el espíritu de esfuerzo. Y por supuesto, el muy buen rollo.

Gracias chicas, gracias Esther, por atender a Naucher Global. Primero de todo, felicitaros por vuestra victoria en los mil metros ante el Náutico Tarragona, en Banyoles…. un Oxford Cambridge.
Bueno, fue el año pasado, ocho + olímpico, pero realmente fue un gran éxito para nosotras. Equipo de chicas, la más veterana tenía 77 años, y las más jóvenes, digamos que no podíamos ser sus hijas. ¡Aquí se viene a competir de verdad! Alza la voz Esther coreada por el equipo.
¿Qué edad nos habéis dicho? No nos es raro escuchar a gente mucho más joven, que piensa que ya nada le queda por hacer en esta vida.
En este equipo de remo la media de edad frisa los sesenta años. Altura, tenemos ahora remeras desde 1,58 a 1,90. No es un deporte agresivo, sino técnico. Hay muchas que no han hecho deporte en su vida y se integran perfectamente. Lo más importante es el compromiso, la cohesión de equipo. No importa cuán fuerte remas, sino como coordinas la boga. Es necesaria también disciplina en los entrenos. De cada una depende el éxito de todas. Eso crea lazos de amistad muy fuertes.
¿Qué os motivó a entrar en este mundo?
Se levantan varias voces en el equipo: dejar de fumar, tenemos el gimnasio con mejores vistas, ¡¡La entrenadora!!… Yo me levanto a la hora en que antes me acostaba, apunta una tripulante de las menos veteranas. Forma física sin arriesgar el cuerpo y un ambiente de equipo de los que no hay, concuerdan.
No hablamos solo de remar. Si quieres ser competitiva, la formación física resulta fundamental. ¿Como os preparáis?
El jueves, máquinas. No todo es salir a remar. Martes, largos en el Moll de la Fusta (muelle donde atracaban los barcos que transportaban madera), domingo, mar abierto. Con el buen tiempo viene la competición: Arenys, Premiá… En invierno nos preparamos delante de Barcelona.

¡Que frío!
¡Nada de eso! Cuatro paladas y te sobra el platanito (dícese del maillot similtar al de los ciclistas, que recibe este nombre porque no te lo quitas… ¡te pelas!) Bueno, bueno -reflexiona la capitana-. Las que no remamos o cuando os tengo que seguir con la zodiac amaneciendo….
¿Y al mal tiempo?
¡Repaleamos! -corea el equipo-. Una racha de treinta nudos no es excusa.
¡Venga, que viene la ola, llagut arrriba! Poca broma… El llagut no es ligero.
Pues este que ves, 330 kilos, 7,6 metros de eslora, 8 remeras más timonel. Es el llagut català. El llagut mediterráneo tiene un metro más, cien kilos menos, y no lleva quilla. Es un deporte tradicional, y estos botes de madera igualan la competición. Es un deporte de pueblo, hay casos en los que rema toda la familia, y además de la liga masculina y femenina chicos y chicas pueden competir juntos.

¿Es obligatorio competir?
¡Nada de eso! A nivel municipal se hace un esfuerzo por traer este deporte a los niños, y se ofrecen cursillos a los colegios como labor social. Ciertamente es una actividad minoritaria, pero da gusto ver a los adolescentes involucrados y colaborando sin sus padres. Y en cuanto a los adultos, hay muchos clubs en Cataluña. Nosotros, desde el Club Marítimo, organizamos cursos de fin de semana para todo el mundo, y poder participar en la actividad viene con ser socio.
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Otros asocian deporte a ver un Barça-Madrid con la mujer en casa, que el fútbol es cosa de hombres. Aprovecho que me honro en llamarla amiga para revelar un secreto de la capitana, Esther: no la verán cuando está en tierra paseando la ciudad con zapatos de tacón, sino con patines en línea. Y modelo de chico, que para féminas solo fabrican en rosa. Una última pregunta. ¿Donde está el límite de la mujer en la mar? ¡Nah!, olvídala. Acabo de decir una tontería.
Y me van los lectores a perdonar esta apostilla. Ya saben que no es mi costumbre meterme en política, tema a evitar a bordo, como bien recomiendan en la Real Armada. Pero no quisiera dejar el teclado sin confesarles que estoy pensando en alguna anónima mujer afgana, árabe o marroquí a la que no dejan remar, que es cosa de hombres.