Sin embargo, todavía muchos buques descargan al mar sus residuos y aceites de sentinas, altamente contaminantes del medio marino. La razón hay que buscarla en el ahorro que el armador consigue al no tener que descargar esos residuos en una estación receptora autorizada.
Sancionar esas conductas, abiertamente violadoras de las leyes internacionales, no es nada fácil. Hay que detectar la mancha y eso supone disponer de medios aéreos capaces de explorar grandes superficies con la precisión suficiente. Luego hay que fotografiar la mancha, medir su espesor, el área afectada y verificar con rigor el tipo de contaminante.
Una vez realizado todo eso hay que averiguar el buque que ha cometido el delito medioambiental. Una tarea que exige cotejar los datos disponibles del Sistema Automático de Identificación (AIS, en siglas inglesas), para hallar los buques que han navegado por las aguas donde se ha detectado la contaminación, a las horas en que ésta pudo producirse. Tras ese complejo proceso, con algo de suerte tendremos el nombre de un buque y un número IMO como probable infractor. Trabajo concluido para los técnicos de Marina Mercante. Ahora, los servicios jurídicos de Fomento y Exteriores se encargarán de exigir la sanción que haya recaido en el correspondiente expediente administratrivo contra el armador del buque y contra el capitán, y se dará cuenta al país de bandera de la nave infractora.
Adjunto, en formato pdf, publicamos el informe de una mancha detectada a casi 39 michas de la isla de Lanzarote por un avión de Sasemar dotado de sensores capaces de identificar manchas contaminantes.
Tras la indagaciónj pertinente, surgió el nombre del, petrolero SEA PRINCE, bandera de Grecia, 274 metros de eslora y 50 de manga, 149.878 toneladas de peso muerto y GT 84598, que el día 17 de julio provocó la contaminación que el avión detectó.
Hasta que el armador abone la sanción correspondiente pasdarán seguramente varios meses de arduas gestiones.