El Departamento de Justicia de Estados Unidos condenó a Giusseppe Bottiglieri Shipping Company S.P.A., naviera italiana que opera el M/V CHALLENGUER BOTTIGLIERI a pagar una multa de un millón de dólares, a cuatro años de libertad condicional y al pago de 300.000 dólares a la comunidad pesquera y a la ONG Wildlife Foundation. Al jefe de máquinas del buque, Vito La Forgia, le condena a un mes de prisión.
Giuseppe Bottiglieri Shipping Company S.P.A. fue declarada culpable el pasado 11 de julio de violar la Ley para prevenir la contaminación marina desde los buques (Act to Prevent Pollution from Ships) al no mantener de la forma debida el Libro registro de hidrocarburos, exigido tanto por la legislación interna de los Estados Unidos como por los convenios internacionales sobre la materia (Marpol, Anexo I, regla 17). Vito La Forgia, jefe de máquinas del buque, fue declarado culpable de infringir la citada ley de prevención de la contaminación del medio marino, aunque fue absuelto de dos imputaciones por obstrucción a la justicia que pudieran haberle costado hasta 20 años de prisión.
De acuerdo con la resolución del Tribunal estadounidense, entre el 19 de diciembre de 2011 y el 25 de enero de 2012, Vito La Forgia y el personal de máquinas del M/V CHALLENGUER BOTTIGLIERI descargaron al mar en múltiples ocasiones residuos oleosos desde las sentinas del buque, mientras éste navegaba desde Singapur a Brasil y desde Brasil a Mobile, en la costa sur de los Estados Unidos. Cuando el buque llegó al puerto de Mobile, el 25 de enero de 2012, los inspectores del Coastguard norteamericano descubrieron diversas pruebas de descargas al mar de residuos oleosos que no habían sido registrados, como exige la ley, en el Libro registro de hidrocarburos del buque. El Coastguard descubrió que las descargas se realizaron mediante el uso de lo que se conoce como magic pipe, una línea que conecta el tanque de lodos con las sentinas del buque, desde donde se bombeaban al mar los residuos oleosos sin pasar por el equipo filtrador de hidrocarburos encargado de garantizar que los restos olesosos que se descargan al mar no contienen más de 15 partes de aceite por millón (Marpol, Anexo I, reglas 14 y 15).
Esta condena es la última de una cadena de casos de contaminación marina intencionada, con millones de dólares de multas y severas penas de prisión, en los que los inspectores del Coastguard de los Estados Unidos descubren la existencia de esa «magic pipe” clandestina que permite a los buques burlar la ley que les obliga a realizar las descargas de residuos oleosos después de haber sido tratados, de forma que el efluente no suponga un efecto contaminante de las aguas marinas.