Después de varios intentos de comunicación tanto con los propietarios del buque y con la administración de la bandera de conveniencia de Belize, la tripulación abandonada, asesorada por el equipo jurídico de la International Transport Workers ’Federation (ITF) en España, ha iniciado las acciones legales para intentar garantizar el pago de los salarios adeudados.
El buque factoría HUNTER llegó al Puerto de las Palmas y de la Luz el pasado 18 de Febrero, con 37 de sus tripulantes de nacionalidad rusa y ucraniana, después de ponerse en contacto con el Inspector de ITF en Canarias Gonzalo Galán, explicaron que no habían recibido sus salarios desde su embarque y solicitaban asistencia para ser repatriados y recuperar sus salarios, cantidad que asciende a más de 260.000 dólares americanos.
Tras varios intentos fallidos de comunicación con el armador, afincado en Moscú y de informar del caso a la administración marítima de la bandera de Belize, el buque se incluye en la lista de buques abandonados de la OIT/OMI y se inician los trámites judiciales pertinentes para poder garantizar y asegurar los derechos laborales de los tripulantes.
Dos tripulantes, todavía a bordo
La mayor parte de los tripulantes que han contactado con la ITF han sido repatriados; los de nacionalidad rusa a sus hogares y los ucranianos han sido repatriados principalmente a Polonia, donde buscarán la forma de reunirse con sus familiares. En la actualidad quedan a bordo dos tripulantes ucranianos que no desean regresar a su país y están de momento viviendo en el buque.
Aunque en el caso del buque HUNTER, los tripulantes no cobraban desde octubre del 2021. La situación de estas tripulaciones se ve agravada por el conflicto bélico derivado de la invasión rusa en Ucrania, ya que debido a las restricciones impuestas contra las entidades bancarias rusas, se dificulta el pago de salarios a las tripulaciones, en muchas casos de terceros países.
Protección escasa de los trabajadores
Luz Baz, coordinadora de la ITF en España, reitera que “la protección de los trabajadores del mar y concretamente de la pesca en los convenios internacionales, es mínima en comparación con otros sectores. Por ejemplo, el convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) 188 sobre condiciones mínimas de trabajo en buques pesqueros, desde 2007 no ha sido ratificado por algunas de las principales potencias pesqueras, entre ellas, España. “Es hora de que las administraciones trabajen en la protección efectiva de la gente del mar”, añade Baz.