Antiguamente, en tiempos de mis abuelos, la flota de la marina mercante española era una de las más importantes a nivel mundial, desde petroleros, buques de pasaje, carga general hasta los principios del transporte marítimo multimodal (los famosos portacontenedores).
A raíz de diferentes crisis que hemos ido viviendo, el aumento imparable de buques en banderas de conveniencia y conforme han ido pasando los años, la marina mercante española ha ido en decadencia y nuestra flota mercante fue bajando muy considerablemente su nombre de buques inscritos.
El Estado español para paliar esta situación, diseñó el famoso REBECA (Registro Especial de Buques de Canarias), donde armadores y marinos saldríamos ganando. Cotizaciones, cuotas a la seguridad social, 50% del IRPF a declarar… entre otros beneficios más.
Esto fue una gran apuesta por parte del Estado para mantener la bandera española frente al auge de las banderas de conveniencia, y sobre todo el peligro de la pérdida de puestos de trabajo para los marinos españoles. Hoy en día podemos darnos cuenta que esta estrategia funcionó: casi el 100% de los buques mercantes españoles están matriculados en Santa Cruz de Tenerife o Las Palmas de Gran Canaria.
El problema, hoy en día, viene a raíz de la pérdida del número de buques mercantes españoles. Entre otros motivos, el principal radica en la decisión de varios armadores españoles, como, por ejemplo, el caso de Ibaizabal de inscribir sus nuevos petroleros de crudo en el registro de Madeira; mientras otros toman la decisión de inscribirlos en Malta, etc. Banderas de conveniencia europeas….
Quizás el problema no sea la decisión de los armadores, sino que la Dirección General de la Marina Mercante debería replantearse su estrategia política y actualizar la normativa vigente sobre el registro canario, normas más flexibles con los armadores y más protectora de la flota si es que realmente queremos salvarla (podríamos ver el ejemplo de Italia).
Entidades y asociaciones profesionales, Estado (a través de la DGMM), armadores (ANAVE) y trabajadores deberíamos tomar medidas conjuntas, y pensar en nuestras futuras generaciones que seguirán los pasos de muchas anteriores.
Personalmente, cuando inicié mis estudios en la Facultad de Náutica de Barcelona (FNB) no sabía ni porqué llegaban a flotar los buques, pero gracias al querer aprender (como el de todos los jóvenes que se inician en estos estudios) y una motivación por tirar adelante (realizando voluntariado en Stella Maris mientras estudiaba, etc.) y constancia en el trabajo diario, he llegado al título que hoy en día ostento a bordo, capitán, la máxima titulación marítima profesional.
Actualmente, recordando mis tiempos en la FNB, animo a todo estudiante de náutica a seguir adelante, el camino no será fácil, está claro, pero con voluntad, ganas de aprender e interés se puede llegar a ser algún día capitán con mando en un buque mercante.
Creo que es importante la comunicación y el intercambio de valores entre las generaciones con más experiencia y las que están empezando, un relevo generacional necesario para mantener nuestra marina civil. Gracias a varias asociaciones, en concreto la ACCMM, de la que soy socio, se ha fomentado la cultura marítima, ayudando a los jóvenes a iniciarse en este complicado camino llamado “una vida dedicada al mar”.
Un consejo que siempre les doy como joven capitán a mis alumnos de a bordo es que realmente, y más hoy en día, debemos unirnos todos los marinos, desde los prácticos de puerto a los alumnos de náutica y máquinas, a fin de luchar por nuestros intereses y defender nuestros derechos. Si perdemos esta unión, habremos perdido las batallas actuales y las que vendrán.
La DGMM propone estos días una serie de cambios legales para actualizar su normativa, pero en mi opinión, hacen falta más cambios aún, el futuro es muy incierto.
Respecto a esto, la luz al final del túnel, una gran noticia: tras el aval de la Comisión Europea, la creación de un fondo de 60 millones de euros para el fomento del transporte marítimo podría ayudar a nuestra flota y armadores. Está por ver, pero ojalá sea otro punto de partida para nuestra marina mercante.
Análisis personal del RD 269/2022 que regula las competencias profesionales de los títulos de Marina Mercante
En este Real Decreto, que entrará en vigor hoy 13 de mayo, se actualiza la normativa actual sobre títulos profesionales de la marina mercante y de la náutica deportiva profesional.
En lo que nos afecta a nosotros como pilotos y capitanes de la marina mercante podemos destacar una mejor adecuación del convenio STCW y sus enmiendas del 2010 a la normativa española en materia de formación.

Bajo mi punto de vista, en lo que se refiere a los requerimientos legales para obtener las tarjetas y títulos de piloto y capitán, la Administración pretende un mayor control en el procedimiento a seguir para obtener la tarjeta profesional de Piloto de 2ª de la Marina Mercante. Para ello se elevan los requisitos de acceso a los exámenes de idoneidad y sobre todo un mayor control y supervisión de dichos exámenes por parte de la DGMM. Se requerirá que, de los 12 meses de prácticas exigibles, como mínimo 6 meses sean de navegación, es decir, se limita el máximo de meses que podrán realizar los alumnos a bordo de buques y embarcaciones de más de 500 GT que desempeñen trabajos portuarios como los de remolcador, suministro de combustible o pasaje de navegación interior/costera.
Por otro lado, se exigirá a todo marino del departamento de cubierta estar en posesión de los siguientes certificados:
- Formación Básica en Seguridad Marítima
- Embarcaciones de supervivencia y botes de rescate no rápidos
- Avanzado en técnica de lucha contra incendios
- Formación Sanitaria Específica Avanzada
- Operador General del SMSSM
Además, para la renovación quinquenal de títulos habrá que presentar los días de embarque correspondientes y la realización de una serie de cursos “reducidos” para el mantenimiento de nuestras competencias y poder continuar trabajando. En uno de estos cursos se nos exigirá unos conocimientos mínimos en materia de lucha contra incendios en buques tanque (gaseros, quimiqueros y petroleros), esta formación será añadida al curso del certificado de especialidad en formación avanzada en técnicas de lucha contra incendios, recogido en la disposición transitoria número 10 de la Orden FOM/2296/2002 de 4 de septiembre.
Otro de los puntos que hay que comentar es que a partir de la entrada en vigor de este RD quedará suprimida la posibilidad de poder obtener cualquier tarjeta profesional de la DGMM mediante el reconocimiento de algún título académico extranjero, como, por ejemplo, el caso de Cuba, Perú, etc.…
Además, esta normativa aplica, bajo mi punto de vista, un sistema de protección de aquellos miembros de la tripulación españoles en buques de bandera española que tengan cargos con nivel de responsabilidad de gestión (capitán, 1er oficial de puente y cubierta, jefe de máquinas, 1º de máquinas, etc.), y es que a través del artículo 67 todo cargo con nivel de responsabilidad de gestión que no disponga de la nacionalidad española o no haya realizado sus estudios en náutica y obtenido su tarjeta profesional en España, se le exigirá la realización de un curso o una prueba sobre legislación marítima española a determinar por la DGMM. Una medida a valorar positivamente por los profesionales españoles en la medida que protege a los mandos de los buques y fomenta los embarques a bordo de titulados españoles.
Erik Font