Por su parte, Jaime Rodrigo, doctor en Derecho y profesor de la FNB, comentó el tenor de la sentencia, a su juicio muy poco rigurosa y con aspectos francamente deplorables. Intervino también Juan Zamora, director de NAUCHERAglobal, quien explicó los razonamiento jurídicos de la absolución del capitán Mangouras y del ex director general de Marina Mercante, José Luis López Sors, a su juicio perfectamente lógicos y fundados de acuerdo con los principios del Derecho Penal, y la condena por desobediencia del capitán Mangouras.
Sobre tal condena, todos los intervinientes rechazaron el proceder del tribunal, que funda la condena en testimonios oídos en la vista oral, con diez años de distancia respecto a los hechos, muchos de ellos inconsistentes y sesgados, cuando la sentencia pudo apoyarse en las grabaciones de Sasemar, completas e irrefutables. En esas grabaciones no aparece, de ninguna forma, ni el menor atisbo de desobediencia del capitán del PRESTIGE.
En el acto del Colegio de Abogados volvieron a intervenir Jaime Rodrigo, presidente de la Comisión de Derecho Marítimo del ICAB, y el director de NAUCHERglobal, Juan Zamora, acompañados por el catedrático de Derecho Penal Jesús Silva. Hizo éste una disección de la sentencia desde la perspectiva estrictamente penal y, encontrando razonable el fallo, criticó con dureza la mala redacción de la sentencia, su deficiente lógica constructiva y la inexcusable ligereza con que el tribunal despacha las pruebas periciales y la doctrina de la posición de garante en la absolución de López Sors. “El tribunal ha hecho un trabajo jurídico deficiente”, aseguró.
Juan Zamora se extendió sobre aspectos concretos de la sentencia. Criticó sin ambages la absurda condena por desobediencia del capitán, construida con retales de segunda mano; reprochó al tribunal la pobre, deficiente y sesgada valoración de las pruebas que tuvo a su disposición, particularmente evidente en los comentarios de la sentencia sobre el supuesto mal estado de mantenimiento del buque y la eventual responsabilidad de la sociedad de clasificación y de la empresa armadora; y censuró duramente las afirmaciones de la sentencia sobre los aciertos de la Administración marítima en la gestión del siniestro, innecesarios para la absolución del entonces director general de Marina Mercante.
Afirmar que el rumbo de alejamiento no era errático y que la decisión de alejar el buque era acertada significa que el tribunal ha abdicado de su obligación de valorar adecuadamente las pruebas y ha construido un relato muy alejado de la realidad.
Acabado el coloquio, Jaime Rodrigo cerró el acto con una valoración negativa de la situación de la Administración de justicia en España. “Once años de un juicio penal inútil, con un encausado, el jefe de máquinas del PRESTIGE, a quien se le imputaba un delito completamente sin sentido, la aventura americana contra ABS, y las indemnizaciones todavía por resolver. Un desastre”.