Es decir que los buques naufragaron de la forma que recoge el informe (colisión, varada, etc.), pero por causas desconocidas. El problema es que la práctica totalidad de las estadísticas sobre accidentes que se publican en el mundo adolecen del mismo defecto y recogen como “causas” lo que no es más que la pura descripción del hecho, no sus causas.
La parte final del informe Allianz, páginas 14-35, está dedicada a comentar, desde el punto de vista de la seguridad (safety) las últimas innovaciones y hallazgos de la industria marítima (Recent Developments: 2015 in Review), y a lanzar una mirada sobre determinadas amenazas del futuro en ciernes (Looking ahead: In the pipeline). Es esta parte del informe la que, a mi juicio, eleva el documento a la categoría de altamente recomendable para cualquier persona interesada en la seguridad marítima. Imposible tratar en un artículo periodístico la riqueza de las hipótesis críticas que ofrece el informe. Me limitaré a comentar aquí los extremos que considero más interesantes de los Recent Developments.
En el epígrafe dedicada a Safety Concerns, el informe destaca los esfuerzos de la Organización Marítima Internacional (OMI) por la seguridad de los buques de pasaje, una preocupación particularmente grave por los numerosos accidentes que tienen lugar en el Sudeste asiático, con dos hitos destacables: El Acuerdo de Manila sobre la seguridad de los buques de pasaje que no realizan viajes internacionales, exentos por tanto del cumplimiento del SOLAS salvo que el país en cuestión decida otra cosa; y los debates del Comité de Seguridad Marítima (MSC), en junio de 2015, sobre las enmiendas del SOLAS para encarar el grave problema de las normas sobre evacuación de los pasajeros en caso de abandono de buque, pues es por todos conocido que los 30 minutos exigidos a los planes de evacuación son imposibles de cumplir en buques que transportan miles de pasajeros, con tripulantes escasamente formados en temas de seguridad marítima.
En epígrafes sucesivos (Lower emissions drive applauded but unexpected safety implications emerge; y Cargo liquefaction concerns remain), el informe Allianz documenta los riesgos que han aparecido en los buques dotados de un catalizador para reducir las emisiones de CO2; y la persistente preocupación por la licuefacción de determinados cargamentos, una situación que pone en peligro la estabilidad del buque. El informe destaca dónde está el problema, de un fenómeno perfectamente conocido y de fácil solución si se mide correctamente la humedad de la carga antes de estibarla a bordo: Many regions lack the infrastructure to carry out modern moisture content checks on cargo that can liquefy.
En la estela del asombroso accidente del MOL COMFORT (Ship-building standards progress but MOL Comfort still an issue), el informe advierte que las modificaciones técnicas introducidas por NKK y otras sociedades de clasificación para reforzar la seguridad de los grandes portacontenedores están todavía lejos de tranquilizar a las aseguradoras de los cascos. Y también preocupa a la industria del seguro la cantidad de accidentes que afectan a la estabilidad de los buques portaautomóviles (Höegh Osaka: Car carrier stability in the spotlight). Y eso que todavía no se había producido el accidente del MODER EXPRESS.
Mención especial merece, para terminar este artículo, el epígrafe titulado Safety impact of lower oil prices and depressed market conditions, cuya tesis es de claridad meridiana: las tensiones económicas derivadas de la feroz competencia entre países y empresas, causa de la caída del precio del crudo y de las oscilaciones con tendencia a la baja de los fletes, tienen un impacto directo en la seguridad de los buques a través de un deficiente mantenimiento general. Los fallos en la maquinaria, causante del 36 por ciento de los accidentes/incidentes durante la década 2006-2015, constituyen una prueba incontestable.
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