De los 154 buques naufragados en 2006 y 171 en 2007 hemos pasado a 85 naufragios en 2015, con una línea de constante descenso en los últimos ocho años. El mapa de situación de los naufragios, en la década y en 2015, permite comprobar que aumentan en la zona del Mar de China (de 8 a 145) y Sudeste asiático (de 22 a 152). Por contra, en el Mediterráneo y en las costas atlánticas europeas se han reducido de forma drástica.
De los 85 naufragios de 2015, el informe destaca los diez mayores, una lista encabezada por LOS LLANITOS, de 38.105 GT, embarrancado en las costas del Pacífico mejicano a causa del ciclón Patricia el 24 de octubre. En la lista, en novena posición aparece el OLEG NAYDENOV (7.765 GT). En esos diez grandes naufragios perecieron 54 tripulantes: 33 en el naufragio de EL FARO, 18 en el BULK JUPITER (un naufragio del que el informe ignora sus causas), y 3 en el THORCO CLOUD.
La estadística de los naufragios de la década por tipo de buque y la particular de naufragios en 2015 arrojan el resultado esperado. Los buques más inseguros son los cargueros (carga general), con 506 naufragios sobre un total de 1231 durante la década 2006-2015, seguidos por los pesqueros (213) y los graneleros (bulkcarriers, 97). En última posición aparecen los buques dedicados al transporte de LPG/LNG, con tan sólo 4 naufragios en toda la década. La carga general en buques convencionales se transporta en las zonas más pobres del planeta, donde la ausencia de controles propicia la existencia de barcos viejos, mal mantenidos y mal tripulados, auténticos candrays o ataúdes flotantes. Los sofisticados gaseros, por el contrario, realizan tráficos hacia los países más desarrollados, con fletes estables, buques de corta edad y niveles de mantenimiento y seguridad muy altos.
La pobreza del lenguaje, pocas veces inocente, irrumpe en la estadística sobre las “causas” de los naufragios, encabezada por los “hundimientos” (614 sobre el total de 1231 buques perdidos en la década 2006-2015). Es evidente que los buques se fueron a pique, pero también es claro que eso no fue la causa del accidente. Si el “mal tiempo” como causa de los accidentes es fuertemente contestado, pues en muchos sucesos enmascara o impide indagar por qué ese barco no fue capaz de capear y resistir el temporal, en el caso de la categoría utilizada por el informe Allianz, “hundimientos”, se confunde totalmente el hecho con sus causas: el barco se hundió, pero eso no fue la causa del naufragio. La segunda “causa” de los naufragios de la década es la varada (249); y la tercera “causa” el fuego o explosión (123). Sería deseable que en los próximos años, Allianz hiciera un esfuerzo por clarificar los hechos (hundimiento, incendio, varada, colisión) y distinguirlos de las causas que los hicieron posibles, pues la estadística que presenta en el informe 2016 resulta engañosa y poco útil para el conocimiento de los accidentes marítimos.
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