Según la información recibida, el mal tiempo se dejó caer en el mar de Bering y provocó que la línea de remolque de más de 121 metros se rompiera, dejando a la plataforma a la deriva. El viernes el remolcador logró volver a conectar con la plataforma, pero varias fallos en los motores hicieron que la plataforma continuara a la deriva, entre vientos de entre 60 y 100 km/h.
El sábado la tripulación de la KULLUK fue rescatada por un helicóptero de la guardia costera de Estados Unidos, y la embarcación impulsó sus líneas de anclaje para frenar la deriva de la plataforma. Durante el domingo, las líneas con el remolcador AIVIQ se volvieron a desconectar y en la mañana del lunes, el buque logró conectar nuevamente con la plataforma, para comenzar el proceso de remolque al puerto Hobron, en Alaska. Sin embargo y a sólo 4 millas de la costa, la plataforma volvió a romper sus líneas de anclaje y encalló en la costa.
Las imágenes eran aterradoras. En ellas, la plataforma de 28.000 toneladas de peso, era arrojada hacia la costa por olas de hasta 11 metros, arrastrando consigo a su principal embarcación de apoyo, la citada AIVIQ, y a un remolcador, el ALERT. En cualquier caso, según las autoridades estadounidenses y pese a la situación, la KULLUK, que contiene más de 520.000 litros de combustible, no ha sufrido ningún derrame.