La OTAN puso enseguida en marcha un operativo a través del buque de guerra norteamericano USS HALYBURTON que se encontraba a escasas 80 millas de donde se estaba produciendo el ataque. El helicóptero de reconocimiento del barco estadounidense no tardó en localizar a la embarcación pirata, que ya estaba remolcando al mercante hasta un buque nodriza de los propios piratas.
Hasta allí se desplazó también la fragata de la fuerza naval francesa SURCOUF perteneciente al mando de la fuerza naval europea (Navfor) que, en colaboración con la OTAN (que cubría posibles vías de escape de los piratas), y de una patrulla aérea del ejército alemán que vigilaba cualquier movimiento desde el aire, lanzó un abordaje a la embarcación de los somalíes deteniendo a 12 presuntos piratas y trasladándolos a bordo de la propia fragata para recabar pruebas e iniciar, en su caso, un proceso de enjuiciamiento criminal.
A su llegada a Port Victoria, en el archipiélago de las Seychelles, el comandante del SURCOUF, Hugues Lainé, hizo hincapié en la importancia de mantener activo el operativo antipiratería y no bajar la guardia pese al descenso de los actos de piratería en la zona del Cuerno de África.