La inversión de la Autoridad Portuario de Bilbao en la construcción de la infraestructura, que alcanzó los 6 millones de euros, se llevó a cabo bajo los parámetros estudiados respecto a sus demandas funcionales a partir de información de importantes navieras, además de cumplir con las normas de seguridad internacional.
El distintivo arquitectónico
La obra arquitectónica, bajo el diseño y construcción de Ajuriaguerra Tres, Giroa y Viuda de Sainz y Prosertek, tiene dos finalidades claras: por un lado, diferenciar el flujo de pasajeros y el de equipaje, así como sus áreas de embarque y desembarque con recorridos y escaleras independientes y; por otro, hacerlo de la manera más atractiva posible.
En esta línea, se ha recurrido a una morfología ondulante con una ligera cubierta de zinc, que se asemeja a las olas del mar, y cerramientos acristalados. De esta forma, el edificio está concebido como un gran contenedor acristalado donde, en su interior, aparecen elementos con cierto parentesco a la arquitectura naval. Por ejemplo, la forma de los soportes de la cubierta en forma de ‘V’ se asemejan a los utilizados en los antiguos buques.
En cuanto a la elección de los materiales, también ha primado la funcionalidad, durabilidad, facilidad de mantenimiento y seguridad.
A su vez, el compendio arquitectónico dispone de una pasarela exterior de más de 150 metros, anexa al edificio, a través de la cual se realiza el embarque y desembarque de los pasajeros, que entran directamente y de forma segura sin necesidad de pisar el muelle, gracias a una plataforma móvil o Gang-Way, que se adapta a cualquier nivel de marea.