Hace 100 años, el capitán Shackleton comandó una de las primeras expediciones a la Antártida. Su barco, ENDURANCE, quedó encallado en los hielos, que lo acabaron detrozando. La tripulación, tras pasar un invierno acampada en los hielos, salvó un bote de seguridad, el JAMES CAIRN, que fue llevado a rastras por la tripulación hasta las costas de la Antártida, cerca de isla Elefante. Una vez toda la tripulación transportada a la isla en varios viajes, el capitán y cinco de sus hombres se subieron al bote y navegaron sin apenas instrumentos ni cartas las 700 millas hasta las islas Georgia del Sur, en el océano Atlántico, a 1390 km al sureste de las islas Malvinas, donde sabían había una base ballenera que podría ayudarles para volver a buscar al resto de la tripulación.
Al llegar extenuados a la costa oeste de la isla mayor de Georgia del Sur, los seis tripulantes todavía tuvieron que cruzar a pie los 20 km. del montañoso interior de esta nevada isla (picos entre 2.000 y 3.000 m.) sin mapas, equipos de nieve ni de alpinismo. Lo consiguieron y encontraron un ballenero que los llevó de nuevo hasta la isla Elefante, donde les esperaba la tripulación. Lo sorprendente es que se salvaron todos los tripulantes que salieron de Inglaterra.
La idea de rememorar esta gesta se fraguó hace un par de años bajo la tutela de Alexandra Shackleton, nieta de Ernest Shackleton.
Hace unas semanas, el bote ALEXANDRA SHACKLETON, de 6,86 metros, réplica exacta del bote de salvamento a remos y vela que comandó el abuelo de Alexandra, llegó con un transporte hasta Ushuaia, donde la tripulación había de montarlo y volver a ponerlo a punto y avituallarlo.
Vientos sobre los 102 kilómetros y un mar arbolado en las inmediaciones del cabo de Hornos recomendaron aplazar unos días la salida prevista de Ushuaia el día 3 de enero. La nueva fecha de salida, si las condiciones lo permiten será el 20 de enero de 2013.
Como hace cien años, la tripulación la componen seis integrantes liderados por el australiano Tim Jarvis, científico y aventurero de 46 años que cuenta con expertos navegantes (y montañeros) a bordo, todos ellos de nacionalidad británica o australiana.
La expedición será seguida por el “Australis”, un barco de apoyo que aporta un colchón de seguridad a la réplica del rescate posiblemente más espectacular de la historia de la navegación, sólo comparable al viaje del capitán Bligh, de la Bounty, con los marineros que permanecieron fieles a su mando. La expedición está previsto que zarpe hacia el 20 de enero.