Potts ha recordado que, pese al descenso de los ataques piratas en la zona del cuerno de África, la amenaza sigue siendo muy importante y comporta un alto riesgo en el sur del Mar Rojo y el golfo del Adén, así como en la parte occidental del océano Índico, por lo que recomienda evitar el tránsito para este tipo de embarcaciones.
Según el contraalmirante británico «en estos momentos estamos consiguiendo un éxito táctico, que se ha notado en la reducción de los ataques de piratas en el cuerno de África y acogemos con gran satisfacción los esfuerzos de la comunidad en el envío de tropas para proteger a los buques mercantes que transitan por la zona y la aplicación de medidas de autoprotección para impedir los ataques».
Asimismo, Potts ha declarado que «las fuerzas marítimas también seguirán manteniendo presión sobre los piratas somalíes con la finalidad de interrumpir sus actividades en el mar». En cualquier caso, ha destacado el «peligro significativo» para las embarcaciones de recreo.
Según los datos ofrecidos por Navfor, cerca de una docena de barcos han sido atacados, y sus tripulaciones capturados o asesinados por piratas en el Golfo de Adén y el Océano Índico en los últimos años. En este ámbito, la mayoría de los tripulantes han sido tomados como rehenes y trasladados a Somalia donde muchos han acabado siendo ejecutados. La fuerza naval europea ha reconocido un promedio de siete meses en los secuestros, con unas peticiones de rescate muy cuantiosas.