Este pasado lunes cerró la exposición colectiva ‘Tarragona confinada. La ciudad escondida’, dos meses después de la inauguración, el 13 de septiembre, día que coincidió con los seis meses de la fecha del decreto de confinamiento de Catalunya.
En estos dos meses, la exposición del Tinglado 1 del muelle de Costa ha tenido una gran afluencia de visitantes, con cerca de 3.000 personas.
La muestra se centraba en la mirada de once profesionales de la fotografía que captaron las imágenes de Tarragona en los pasados meses de marzo a junio, en la primera oleada de la pandemia. Es el primer testigo gráfico de los efectos de la Covid-19 en la ciudad, y un homenaje a las personas, las familias, los profesionales y las empresas que estuvieron y están en primera línea prestando servicios esenciales.
“Tarragona Confinada. La ciudad escondida” ha sido también un reconocimiento a las entidades que trabajaron con implicación y dedicación para hacer frente en una amenaza desconocida, y el recuerdo inmortalizado de qué sucedió en Tarragona durante los meses de confinamiento.
Con el objetivo de fijar en el recuerdo esta memoria gráfica, el puerto ha puesto a la venta el catálogo de la exposición y ha recaudado 465 euros, que se han librado íntegramente a la Cruz Roja de Tarragona para combatir los efectos de la Covid-19.
Desde la autoridad portuaria se ha querido también rendir homenaje a las personas que han prestado servicios esenciales a la ciudadanía con la plantación de un ciprés, el día de la inauguración, ante el Tinglado 1, en recuerdo de este periodo. La placa que acompaña al árbol reza: “Por grandes que sean las inclemencias, las raíces clavadas en nuestra tierra siempre encuentran la fuerza para superarlas y elevarse con firmeza”.