Llevado al mundo marítimo -y concretamente al portuario- por desgracia tiende a pasar lo mismo. Los medios de comunicación clásicos, aquellos que llevan años explicando los quehaceres de la industria saben que a tal empresa, tal asociación o tal persona le ha salido el acné, pero lo silencian a cambio de contratos de publicidad y/o patrocinios.
En un mundillo pequeño como el portuario, en el que pocos son los que mandan y, además, lo hacen desde hace décadas, los medios de comunicación especializados son claves para explicar las noticias sectoriales. Unas noticias que jamás saldrían en medios generalistas de no mediar un interés particular. No obstante, esta publicidad mencionada -por parte de las empresas- hace que noticias que a priori son insustanciales se vean reflejadas en el papel o a través de los portales informativos.
Como periodista comprendo esta situación y, de hecho, en cierto modo, la comparto. No obstante, siempre hay informaciones negativas de las empresas que, igual que las positivas, los medios especializados conocen. Por desgracia, el dinero suele comprar este tipo de informaciones para que no salgan a la luz pública.
Cuando aparece una nueva publicación, como NAUCHERglobal, que tiene como base la independencia; y publica informaciones, opiniones, noticias y rumores en base a una profesionalidad incuestionable hay estamentos del sector portuario que se sienten aludidos, acostumbrados como están a que les masajeen, como diría Ferran Monegal, y les acaricien desde los medios tradicionales.
Muchas empresas no se dan cuenta que existe un parámetro importante que otorga la independencia a los medios de comunicación y es la confidencialidad de sus fuentes informativas. Cuando una (o varias) empresas y/o asociaciones se dirigen a un medio para hacer llegar su descontento por una determinada publicación pueden preguntar cuáles son las fuentes. Sin embargo, la legislación ampara al periodista a la hora de desvelarlas. Dicho en otras palabras: las fuentes de una información son patrimonio del periodista, a quien ampara la ley frente a aquellos que pretenden conocerlas.
NAUCHERglobal ha ofrecido la posibilidad (también contemplada en la legislación), de publicar el desmentido de cualquier información publicada. Y por supuesto mantiene abiertos amplios canales de participación de los lectores, que pueden comentar, criticar, ampliar o rectificar cualquier información u opinión publicada en NAUCHERglobal. Además, ha ofrecido también la posibilidad de publicar, más allá del derecho de rectificación, artículos aclaratorios. No obstante, acostumbrado como está el mundillo portuario al silencio, al que dignifican llamándolo discreción, han desdeñado la oferta.
No criticaré la (mala) costumbre de silenciar ciertas informaciones en base al dinero de patrocinios o contratos publicitarios de los medios de comunicación clásicos especializados, ya que puede ser una buena forma de mantener y hacer crecer el negocio periodístico y de pagar las nóminas al final de mes. Lo que no se puede aceptar, bajo mi punto de vista, es que los estamentos empresariales se crean con el derecho de imponer a los medios de información lo que han de publicar y lo que no pueden tratar.
Puede darse el caso de que al quinceañero, un día sin darse cuenta, le crezca una marca de acné en plena clase, rodeado de sus compañeros. Unos no le dirán nada porqué les han pagado para callar. Los otros, los independientes, tal vez no lo criticarán, pero, en cualquier caso, tendrían plena legitimidad para hacerlo, siempre dentro del respeto y del derecho a la información libre y veraz y a la libertad de expresión.
PS: Confabular para quitarse de en medio y perjudicar a un medio de comunicación nuevo es señal más de debilidad que de envidia. Años han tenido los canales informativos clásicos, y con medios han contado para hacerlo mejor. También en el periodismo vale la máxima de renovarse o perecer.