La razón que esgrimen las partes es la oferta que ha hecho la Asociación de Armadores Europeos (ECSA, en inglés) al propio Verhoeven, para hacerse cargo de la secretaría general en sustitución de Alfons Guinier, que se jubilará en 2013. No obstante, consta el interés que tenía Patrick Verhoeven en asumir la presidencia de la ESPO para ocupar el puesto que dejaba el holandés Victor Schoenmakers, en lugar del escogido García-Milà.
Esta circunstancia la ha sabido aprovechar el también español Juan Riva, presidente de la ECSA desde junio del pasado año y es presidente de la asociación de navieros españoles, Anave, para matar dos pájaros de un tiro y llevarse a Verhoeven a un nuevo despacho apenas a 500 metros del que ocupa ahora en la sede de la asociación portuaria en Bruselas.
En cualquier caso y para guardar las buenas formas, desde ambas organizaciones ya se han apresurado en decir que la decisión «de ninguna manera obstaculiza la excelente relación entre ambas entidades». De hecho, Santiago García-Milà informó de la decisión a los miembros de la ESPO días después de que la noticia del nombramiento fuera aprobada por la asamblea de la ECSA del jueves de la pasada semana. Es por este motivo que ambas organizaciones han llegado al acuerdo de retrasar la asunción del nuevo cargo por parte de Verhoeven hasta agosto del próximo año, «lo que nos da tiempo para encontrar un sucesor y preparar la transición», según indicaron desde la ESPO.
La profesionalidad del ejecutivo belga está fuera de toda duda, pero lo cierto es que García-Milà y su equipo directivo van a tener que lidiar con una situación que muchos no se esperaban, pues las connotaciones de tener a una persona en nómina que sabes que te va a dejar en poco más de medio año no son, a priori, positivas.
En todo caso, Verhoeven ya ha señalado que «dejar la ESPO no ha sido una decisión fácil ya que estoy dejando atrás una organización maravillosa con amigos cercanos, tanto entre sus miembros, como en la secretaría». Sin nombrar a nadie de la junta directiva. Para el aún secretario general, «la oportunidad de servir a la comunidad de armadores representa un nuevo reto en mi carrera, ya que el cambio se produce después de casi veinte años trabajando para los puertos europeos, en la ESPO y anteriormente en Feport (Federación Europea de Puertos Privados».