Las medidas de seguridad hacen referencia a la realización de simulacros, la planificación de ruta, la limitación de acceso al puente de mando y el incremento del número disponible de chalecos salvavidas
En el mes de mayo, el Comité de Seguridad Marítima (CSM), de la IMO emitió una resolución mediante la cual invitó a los Estados miembro a recomendar a las compañías de crucero bajo su bandera que realizaran una revisión exhaustiva de las medidas de seguridad a bordo. Esta recomendación se basaba en la propuesta realizada por parte de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) y el Consejo Europeo de Cruceros (ECC).
En la resolución, el CSM solicitaba la puesta en marcha de las medidas, de carácter voluntario, “con la mayor urgencia”. Estas medidas coinciden con las normas anunciadas anteriormente por CLIA y ECC y que ya estaban siendo ejecutadas por las compañías pertenecientes a ambas asociaciones.
Las nuevas normas se enmarcan dentro del anuncio realizado por la industria en enero de este año, sobre la puesta en marcha de una Revisión de la Seguridad Operacional de los Cruceros en respuesta al accidente del COSTA CONCORDIA y como parte de los esfuerzos por mejorar los protocolos de seguridad.
El Convenio SOLAS exige que los simulacros de emergencia en buques de pasaje se realicen dentro de las 24 horas siguientes al embarque de los pasajeros. El sector de los cruceros, sin embargo, ha establecido la obligación de realizar los simulacros antes de que el buque abandone el puerto de embarque de los pasasajeros.
Hasta la fecha las compañías de cruceros habían venido observando, más o menos, las recomendaciones de la IMO en materia de planificación de rutas. Tras el desastre del COSTA CONCORDIA, las empresas del sector se obligan a cumplir, como mínimo, las recomendaciones de la OMI en materia de planificación de rutas y la guía de la Cámara Internacional de Navegación (ICS), en materia de accesos del personal y pasajeros al puente de gobierno. Los planes de ruta deberán ser elaborados por un oficial náutico y aprobados por el capitán.
Por último, a partir de ahora, además de disponer de chalecos salvavidas para todas las personas que se encuentran a bordo, los buques de crucero habrán de llevar un número de chalecos adicionales, que no podrá ser inferior al máximo de personas alojadas en la zona vertical de mayor ocupación entre las que dividen la estructura del buque. De esta forma se pretende asegurar que en ningún caso el número de salvavidas disponibles sea inferior al número de personas a bordo.