Según Morooka, «Las reglas globales para una industria mundial del transporte marítimo no son sólo un eslogan». El máximo responsable de la entidad cameral fue crítico con los enfoques en la regulación de la navegación perseguidos por Estados Unidos y la Unión Europea.
Morooka resaltó el gran problema causado por el diferente régimen de tratamiento de las aguas de lastre que se aplica en los Estados Unidos a la adoptada por la OMI a través del convenio sobre la gestión del agua de lastre: «Nos guste o no, la realidad política es que el convenio de la OMI probablemente entrará en vigor, más temprano que tarde y, por lo tanto, tenemos que hacer que funcione. El conflicto entre la OMI y los requisitos de los Estados Unidos, cuando se combina con la falta de sistemas totalmente aprobados por los Estados Unidos, podrían producir un dilema imposible en el que algunos buques no podrían ser capaces de operar en aguas norteamericanas si el convenio de la OMI entrara en vigor antes de que Estados Unidos apruebe qué equipamientos están disponibles comercialmente».
El presidente de la ICS agregó que «el problema es que Estados Unidos ha adoptado un proceso para la aprobación de equipos de tratamiento de aguas de lastre diferente al adoptado por la OMI. A petición de la industria del transporte marítimo, coordinada por la ICS, la OMI ha acordado realizar el proceso de homologación más robusto, a la vez que asesorará a los Gobiernos para no penalizar a los propietarios de buques que hayan instalado equipos de primera generación de buena fe. Pero los Estados Unidos no parece que vayan a ser parte en este convenio internacional».
Según el reglamento vigente de los Estados Unidos, en su aplicación por la Guardia Costera de Estados Unidos, los propietarios de buques que han instalado sistemas homologados de la OMI, a un costo de entre 1 y 5 millones de dólares por buque, podrían tener que reemplazarlo por completo después de sólo cinco años. Esta es una preocupación particular para los operadores que ya han instalado los sistemas: «Este es un ejemplo de la mala situación que puede resultar en que los Estados deciden adoptar normas marítimas de manera unilateral».
Morooka también volvió su mirada a la decisión de la Unión Europea de adelantar las negociaciones de la OMI sobre una colección de datos mundial sobre las emisiones de CO2 del transporte marítimo mediante la adopción de un Reglamento unilateral; con seguimiento, notificación y verificación de las emisiones individuales de cada buque –que también se aplicará a los buques de pabellón no comunitarios con intercambio de mercancía en Europa- antes de que la propia OMI lo haya propuesto.
Para el presidente de la ICS, «Hasta ahora, con el apoyo de la industria, las negociaciones con la OMI han sido progresando bien». No obstante, «existe el peligro de que la iniciativa de la UE pueda ser vista por los países no pertenecientes a la UE como un intento de presentarlos con un hecho consumado».