La gabarra sobre la que los forofos y aficionados del Athletic de Bilbao, club de fútbol, celebraban los éxitos y títulos del equipo ha pasado a formar parte del patrimonio a flote del Museo Marítimo de Bilbao. La gabarra ha sido restaurada y acondicionada con 80.000 euros que ha puesto encima de la mesa la Autoridad Portuaria de Bilbao (APBi).
Nadie duda del valor sentimental que otorgan a la gabarra los fans del equipo de fútbol vizcaíno, también conocido como los leones de San Mamés. Y tampoco cabe duda del escaso o nulo valor histórico de una vulgar gabarra sin ninguna característica técnica o histórica que la haga merecedora de figurar en un museo marítimo digno de tal nombre.
En cuanto al dinero de la APBi, dinero público, no lo olvidemos, cualquiera con sentido común puede tachar de inmoral y canalla haber financiado el capricho de un club de fútbol que maneja un presupuesto millonario y que con muy poco esfuerzo podría haberse pagado la broma para exhibir la gabarra en cualquier espacio libre de los aledaños del nuevo estadio.
Como la desvergüenza no tiene límites en España, los dirigentes o directivos del club, de la APBI y del Museo se presentaron ante la prensa, debidamente convocada a golpe de pito, para dar cuenta del grandioso evento. Y con tal motivo, según publica la prensa, unos y otros, se llenaron la boca de disparates, idioteces y lindezas varias. Por ejemplo, el director del museo dijo que la incorporación de la gabarra constituye «uno de los hechos más importantes que esperábamos los aficionados y habitantes de Bizkaia». Frase difícilmente mejorable, pero que fue superada por la bobería del presidente del club, quien declaró que la gabarra “está muy unida a la historia del club bilbaíno, ya que al igual que el puerto, han nacido del pueblo y es imposible dividirlos». En este ambiente de alta competición, no quiso quedarse atrás el presidente de la APBi, quien con la voz engolada que exigía el altísimo nivel cultural, histórico y patriótico del evento dijo que la amada gabarra constituía un «importante símbolo de Bizkaia y de Euskadi en general».
Digamos para acabar que la gabarra ha sido decorada con una placa conmemorativa que explica, en euskera, castellano e inglés, la gloriosa historia de esta embarcación de 18,5 metros de eslora, 8,5 de manga, construida en 1960 en los Astilleros Celaya.