Los grandes derrames, aunque infrecuentes, causan sin embargo un gran impacto económico y social, con profundas repercusiones políticas. En el estudio anexo analizo los accidentes de todo tipo de buques con derrames iguales o superiores a 700 toneladas ocurridos entre 1970 y 2005 en la fachada atlántica europea. La cantidad vertida en el Canal de la Mancha y sus proximidades se comparan con la cantidad vertida en la fachada atlántica dela Península Ibéricay con los datos de derrames a nivel internacional.
Generalmente las bases de datos actuales atribuyen el derrame a la causa final que lo originó mientras que la causa raíz –la que provocó el primer fallo– raramente se menciona. Es un hecho bien conocido que los accidentes e incidentes surgen por una concatenación de distintos eventos. Para identificar lo que fue mal, los problemas y las tendencias y para determinar la causa raíz del siniestro resulta más adecuado clasificarlos por la causa primaria, cuando se hizo evidente que algo ha fallado, aunque se pueda tardar mucho tiempo en identificarla o incluso no pueda identificarse de forma precisa.
A nivel internacional cabe concluir que existe una tendencia clara a la baja tanto en el número de derrames como en la cantidad derramada, a pesar del aumento del tráfico marítimo, pero la fachada atlántica europea continua siendo una zona con alto riesgo de accidentes y de derrames de hidrocarburos que pueden causar importantes daños medioambientales dada la sensibilidad de la zona.
Las conclusiones generales a que llega el estudio realizado sostienen que:
- La cantidad de hidrocarburos derramada a los océanos debido al transporte marítimo ha disminuido significativamente desde 1970. Tanto el número de derrames como la cantidad derramada debido a los accidentes de buques petroleros muestran una tendencia continua a la baja.
- Alrededor del 10% de los derrames ≥700 toneladas se producen en la fachada atlántica europea, sin embargo el volumen derramado supera el 20% del total mundial. Además, siete de los veinte derrames mayores del mundo desde 1970 se han producido en esta zona, cinco de ellos en el NW de la Península Ibérica en una pequeña extensión de costa que abarca desde A Coruña a Leixóes (menos de 2º30’ de diferencia en latitud). Hay un tráfico muy intenso de buques que transportan hidrocarburos y además en continuo crecimiento a lo largo de la fachada atlántica europea, que unido a las duras condiciones meteorológicas durante los meses de invierno contribuyen a que esta zona sea de gran riesgo, agravado además por el aumento del tráfico en dirección sur de hidrocarburos pesados y persistentes procedentes de Rusia. Por estas razones se puede considerar que la fachada atlántica europea es una de las zonas del mundo de mayor riesgo de derrames de hidrocarburos.
- Incluso considerando que las medidas de prevención pueden reducir el riesgo, un derrame de hidrocarburos puede producirse en cualquier momento y los estados costeros deben estar preparados para hacerle frente a tiempo y de forma efectiva. Sin embargo, hasta el siniestro del buque tanque PRESTIGE tanto España como Portugal no habían considerado el riesgo de derrames de hidrocarburos como una gran amenaza. Es a partir de la inmensa contaminación que se produjo con este siniestro cuando ambos países comenzaron a implantar medidas de preparación y respuesta adecuadas con la finalidad de reducir las consecuencias de los derrames de hidrocarburos y otras sustancias peligrosas. Si se hubiera llevado a cabo un análisis de riesgos en la década de los 70, cuando cuatro grandes accidentes se produjeron en el NW de la Península Ibérica (POLYCOMMANDER, JAKOB MAERSK, URQUIOLA Y ANDROS PATRIA) resultaría evidente que las costas de Galicia y Portugal eran zonas de gran riesgo. Ni siquiera se tomaron medidas de prevención adecuadas después del accidente del AEGEAN SEA en A Coruña (3-12-1992), cuando ya Estados Unidos había legislado la OPA’90 (Oil Pollution Act,en vigor desde el 18 de agosto de 1990), a raíz del siniestro del EXXON VALDEZ, el 24 de marzo de 1989 en Alaska, con derrame de 37.000 toneladas y que ocupa el número 35 en cuanto a volumen desde 1967. De este modo, se podían haber adoptado en tiempo y forma las medidas necesarias de prevención, mitigación y control de derrames.
- Los informes de investigación de las causas de los accidentes y de los derrames deben hacerse públicos, hay que implementar las lecciones aprendidas y tomar las iniciativas necesarias para prevenir y reducir los accidentes y los derrames de hidrocarburos.
- Es necesario que exista una mayor transparencia en los datos de derrames ya que la mayoría de las bases de datos son privadas y confidenciales y no disponibles para el acceso libre de investigadores y del público en general.