En el momento de finalizar su vida útil, los cruceros van a un cementerio. Este ejemplo se puede constatar en las imágenes que han circulado los últimos días por las redes sociales, en las que se ve un espacio en la ciudad turca de Aliaga, en el que los barcos se amontonan sin actividad. A esta situación ha ayudado la paralización de la industria desde hace siete meses como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Los expertos alertan de que desde el confinamiento, el cementerio se ha desbordado.
El responsable de una de las empresas que reciclan barcos en el puerto turco asegura que actualmente están siendo desmantelados cinco cruceros para la venta de chatarra después de que la pandemia casi destruyera la industria.
Los cruceros fueron el hogar de algunos de los primeros grupos de COVID-19 cuando la pandemia se extendió a nivel mundial a principios de este año.
Desmantelamiento de barcos
Antes del coronavirus, los astilleros de Turquía solían manejar buques de carga y contenedores, según Kamil Onal, presidente de una asociación de industriales del reciclaje de buques. «Pero después de la pandemia, los cruceros cambiaron de rumbo hacia Aliaga de manera muy significativa», dijo de la ciudad. «Hubo un crecimiento en el sector debido a la crisis. Cuando los barcos no podían encontrar trabajo, se dedicaban al desmantelamiento».
Onal asegura que unas 2.500 personas trabajaron en el astillero en equipos que tardan unos seis meses en desmantelar un barco de pasajeros completo. Los barcos llegaron de Gran Bretaña, Italia y los Estados Unidos.
Buques de alojamiento en Turquía
Por otro lado, el BOUDICCA y el BLACK WATCH de Fred Olsen Cruise Lines, han sido recientemente reemplazados por los nuevos buques BOLETTE y BOREALIS, y los ha vendido como buques de alojamiento para una compañía en Turquía.
Medidas de seguridad por la Covid-19
Por su parte, la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) ha anunciado que las normas de seguridad y medidas por la Covid-19 se evaluarán y ajustarán continuamente en función de la evolución de la pandemia, así como de la disponibilidad de nuevas medidas de prevención y mitigación.
El presidente y director ejecutivo de CLIA, Kelly Craighead, comentó: “Reconocemos el devastador impacto que la pandemia, con la suspensión de las operaciones de los cruceros, ha provocado en las economías de todo el mundo, incluyendo a la comunidad de cruceros en general y a las pequeñas empresas en América que dependen de esta industria para su sustento. Basándonos en lo que estamos viendo en Europa, y tras meses de colaboración con destacados expertos en salud pública, científicos y gobiernos, confiamos en que estas medidas proporcionarán una vía para el regreso de los cruceros en los Estados Unidos antes de finales de este año“.