
Catalunya es un país que mira al mar. Tenemos una larga y admirada costa, un clima privilegiado y una amplia oferta de puertos que cubre las necesidades del transporte marítimo, no solo comercial o pesquero, sino también el deportivo. Estas condiciones son definitivamente un activo de país y determinantes para explicar la salud de nuestro sector náutico, que, tras un año de récord en ventas y matriculaciones náuticas en 2021, se ha estabilizado en 2022. Un año después de la pandemia, el sector cuenta con más de 1.100 empresas que generan alrededor de 10.000 puestos de trabajo directos o indirectos.
Un sector que se encuentra en un momento clave. La transición hacia la sostenibilidad y la adaptación a la digitalización marcaran el devenir de nuestras empresas náuticas y debemos ser capaces de aprovechar este contexto para convertir a nuestro país en uno de los referentes, tanto de la industria náutica, como del turismo náutico sostenible a nivel europeo.
En este sentido, desde el Govern de la Generalitat estamos convencidos que la celebración de la Copa América en Barcelona en el 2024 será un buen marco que nos servirá para estimular esta transformación, a la vez que mejoraremos el posicionamiento de nuestras empresas a nivel internacional. Una competición que, según estimaciones de la organización, puede llegar a dejar en la ciudad un mínimo de 1.000 millones de euros y una creación de empleo de entre 21.000 y 30.000 puestos de trabajo.
Pero debemos aprovechar esta oportunidad para que el impacto de la competición vaya más allá y contribuya a mejorar nuestro tejido económico y empresarial. La competición puede y debe ser una palanca que nos ayude a liderar la transición hacia la sostenibilidad en el sector náutico. Para conseguirlo, estamos desarrollando iniciativas que fomenten la transición hacia la movilidad eléctrica en el sector y la innovación y la tecnología en el uso de líneas de productos más respetuosos con el medio ambiente. Iniciativas planteadas con el objetivo de asegurar que estas oportunidades lleguen a nuestras pequeñas y medianas empresas, que conforman la gran mayoría de nuestro tejido productivo.
La Copa América es también un marco inmejorable para fomentar el turismo náutico sostenible. Tenemos una larga historia en deportes náuticos y una inmejorable oferta de ocio, cultural y gastronómica alrededor de nuestros atractivos destinos. Fomentar el turismo náutico sostenible, además de revalorizar los destinos, nos ayudará a la transmisión de valores y a generar afición por la naturaleza y el deporte.
Más allá de los ingresos económicos, el impacto de la competición será también social y medioambiental. Por primera vez, habrá una regata femenina y un programa de educación en las escuelas y universidades formará parte integral del evento. Se realizarán varias actividades relacionadas con la conservación y la utilización de forma sostenibles de los recursos marinos, que esperamos ayuden a convertir Catalunya en un referente también de la sostenibilidad oceánica.
Estamos por tanto ante una oportunidad inmejorable de que Catalunya mire aún más al mar. Los objetivos son ambiciosos, pero perfectamente alcanzables si seguimos trabajando con el espíritu de colaboración público-privada que ya fue clave para conseguir la designación de Barcelona como sede de la Copa América 2024.

Albert Castellanos
Secretario de Empresa y Competitividad
Departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat de Catalunya
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