Parte significativa de la contaminación oceánica ocurre por las operaciones de mantenimiento de buques, tales como: la limpieza de fondos y el drenaje de lastre sucio, mediante mezclas aceitosas contaminantes del medio ambiente marino, por lo que se trabaja en la búsqueda de otros métodos –decantación-.
Se busca mejorar los separadores de fluidos, evitando que lleguen al mar diversos tipos de crudos. Cabe destacar que en la cuenca del Caribe y Sur de Estados Unidos se obtiene un 40 % de la producción mundial, lo cual incluye a Estados Unidos, junto con todo el “petrocaribe”. Por otra parte, “desde hace más de 50 años el golfo de México sufre los impactos por la explotación agrícola, gasífera y petrolera, en virtud del sinfín de conductos de gas y crudo que pasan por su fondo, aparte de que los canales de exploración y navegación se han dragado modificando, totalmente, la hidrología de la costa y los pantanos”, según Aarón Viles, director de la ONG Gulf Restoration Network; puesto que una canalización ocasiona que el agua de mar se mezcle con el agua dulce. Y, las montañas de lodo que yacen al costado de los canales formen una barrera, que la fuerza del mar empuja el agua salada al otro lado de la valla, que no puede drenar naturalmente”, Añade Viles. En este cuerpo de aguas México, Estados Unidos y Cuba poseen plataforma continental.
Atención especial merece el caso de los fármacos –antipiréticos, antidepresivos, antibióticos, anticonvulsivantes y antihistamínicos-, como “nuevos contaminantes de las aguas”, los cuales al eliminarse por el sistema excretor, éste expulsa cerca de un 70% del mismo, que contamina los mares y, conlleva muerte de peces; pues según la Organización Mundial de la Salud, el 50 % de éstos se emplean impropiamente; incluso el champú y el maquillaje, a causa de los microplásticos.
Isaías A. Márquez Díaz
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