De todas ellas se sospecha, con indicios numerosos y sólidos, que han fijado los precios de los fletes y han decidido determinadas subidas en cadena. La compañía naviera que abría el fuego tenía la seguridad de que las demás empresas la secundarían al poco tiempo, de modo que sus tarifas aumentadas seguirían en el mercado.
La Comisión intenta reunir un caudal probatorio suficientemente amplio antes de proceder a sancionar a las navieras. Muchas de esas pruebas proceden de las mismas páginas en red de las navieras y de sus anuncios en medios ce comunicación.
La sanción máxima por prácticas monopolísticas llega al diez por ciento de la facturación de la empresa infractora, aunque ese nivel sea de aplicación excepcional. En cualquier caso, las multas podrían alcanzar cifras multimillonarias.