A resultas de accidente fueron desalojados todos los habitantes en un radio de tres kilómetros. Ya en ese momento se sabía que se habían arrojado a la atmósfera diferentes gases tóxicos contenidos en sustancias almacenadas de forma ilegal en la terminal portuaria.
Para velar la información sobre el pavoroso accidente, las autoridades chinas cerraron numerosas páginas y sitios de la red, e impusieron un férrea censura de prensa. Los periodistas tuvieron vedado el acceso al lugar del siniestro. Por otra parte, ha habido ya dos suicidios relacionados con este accidente y siguen detenidos varios directivos de Tianjin Dongjiang Port Rui Hai International Logistics Co., el operador portuario de la zona de las explosiones.
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