Toni Tió apoyó su intervención en una excelente presentación. Expuso que hay dos modelos de usuario de la náutica, el modelo Miquel, navegante, y el modelo Brangelina, que simplemente quiere gozar la experiencia, pero que se lo den todo hecho. Explicó la política del Clúster Náutico, basada en los estudios sobre construcción, venta y matriculaciones de barcos. Aunque las esloras dominantes en España siguen siendo las de los yates pequeños, menores de 24 metros, el mayor crecimiento de la náutica se da en las grandes esloras. Alrededor de estos barcos se ha creado un campo de negocio en continuo crecimiento.
Los grandes yates necesitan pasar diversos trámites para, por ejemplo, salir de Barcelona con destino Baleares. Eso requiere diferentes compañías de mantenimiento, profesionales especializados y empresas de servicios. Un megayate deja cada año en la ciudad donde tiene la base entre un 10 y un 15 por ciento de su valor. Es decir, un barco de recreo de 150 metros, por ejemplo, con base en Barcelona, gastaría en la ciudad unos 5-6 millones de euros anuales.
El Cluster aboga por la cooperación, no por la competencia, entre los puertos de Barcelona y Tarragona. El clúster, afirmó “ha de abarcar toda Cataluña, no zonas o puertos”. Por supuesto, el Clúster quiere potenciar la náutica colaborando con Mallorca y los países de nuestro entorno, particularmente Francia e Italia.
“El cluster va hacia donde hay negocio”, continuó. Se ha propuesto seguir dos ejes: grandes esloras y náutica tradicional. Más en concreto, Barcelona Clúster Náutico se propone:
- Promocionar la región metropolitana de Barcelona sobre la base de la marca Barcelona.
- Impedir la atomización asociativa del sector. En Balerares, con 300.000 habitantes ha 41 asociaciones náuticas, afirmó. Esa atomización resulta insostenible. Los megayates los gestionan grandes compañías dedicadas a ese tipo de gestión, no los capitanes o propietarios individuales.
- Reducir y si es posible acabar con el impuesto de martriculación que hoy supone un lastre para el crecimiento del sector náutico.
- Programas de excelencia y formación dual. “Necesitamos buenos operarios de pintura, electricidad, carpintería, etc. Sin un buen nivel tecnológico, las empresas no pueden progresar”, aseveró.
- Promocionar las oportunidades de negocio. Contactos con otros clústers, networking, asistencia a ferias, etc. Aunque lo más importante para el crecimiento del sector son los grandes profesionales y un entorno legal que dé seguridad jurídica y sea competitivo.
En España, comentó, a diferencia de Francia, la náutica comenzó desde arriba, llegó de la mano de Alfonso XIII, de modo que todavía es una actividad que la sociedad contempla como entretenimiento de pijos y de ricos. “La próxima semana, Barcelona será la capital del mundo de los grandes yates, pero nadie parece haberse enterado”, lamentó.
Toni Tió aboga por que el país atienda el modelo Brangelina, que es donde está el negocio. Hay en el mundo unos 7.000 superyates, 900 en el Mediterráneo. “Hemos de lograr que al menos 350 tengan base en en nuestro país. Necesitamos ligar la náutica con el turismo y dar valor al mar. El mar es el futuro”, afirmó. La náutica en Cataluña ocupa a 8.300 trabajadores y factura 836 millones de euros. “Nuestro objetivo es multiplicar esos números por seis”.
En materia de titulaciones, el clúster se decanta por el sistema inglés, menos títulos y más aptitud, modelo RYA (Royal Yacht Association)
Tras la intervención de Toni Tió hubo sucesivas intervenciones de un panel de cuatro ponentes: Patricia Bullock, de Network Marine Consultans; Belén Martin, de la empresa de servicios náuticos Evolution; Raul Donaire, de Varador 2000; y Joan Bellavista, gernte del puerto de Mataró.
Patricia Bullock explicó su experiencia como consultora y sus esfuerzos por atraer megayates al Mediterráneo, peleando continuamente contra la burocracia y la titulitis de la Administración española. Belén Martín expuso la práctica diaria y los problemas de una empresa cuyo objetivo es satisfacer a un tipo de clientes que no preguntan precios, pero quieren un servicio rápido y fiable. Joan Bellavista, gerente de puerto de Mataró, analizó el mundo de los megayates, glamour, maravilla y lujo; y afirmó que Mataró pretende ser el taller, el garaje y el encargado del mantenimiento de los megayates.
En el coloquio posterior, la mayoría de las preguntas giraron en torno a la necesidad de estar preparados para competir con los grandes destinos turísticos como puertos base de los yares de gran eslora.