Más de 200 directivos y profesionales del sector turístico asistieron al acto, que contó con la participación del presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls; el presidente de la Autoridad Portuaria, Sixte Cambra; la profesora del Laboratorio de Economía Aplicada AQR-Lab, Esther Vayá; la concejal del distrito de Ciutat Vella del ayuntamiento de Barcelona, Gala Pin; y el conseller de Empresa y Conocimiento de la Generalitat de Catalunya, Jordi Baiget.
El presidente del puerto explicó que la actividad de cruceros, según el informe, genera una facturación anual de 796 millones de euros, hace una contribución de 413,2 millones de euros al Producto Interior bruto (PIB) de Catalunya, y permite el mantenimiento de cerca de 6.759 puestos de trabajo a tiempo completo.
Según Cambra, «En los diversos foros internacionales donde estamos presentes observamos el esfuerzo que hacen otros puertos y ciudades para intentar captar este tráfico. Barcelona se encuentra ahora en una posición de liderazgo, que genera un gran impacto económico. Pienso que todos debemos valorar la importancia de mantener esta privilegiada posición pensando en el interés de nuestro país y de nuestra ciudad».
La consolidación del sector de los cruceros, según el presidente del puerto, implica incrementar el rol de la instalación como puerto base y fidelizar a los grandes operadores de crucero, como Carnival Corporation, Royal Caribbean, MSC y NCL, que gestionan el 90% del movimiento mundial de cruceristas. Cambra también instó a seguir trabajando para romper la estacionalidad asociada a esta actividad y para alcanzar un mayor grado de coordinación para gestionar la afluencia de visitantes. En este contexto, propuso a los agentes implicados continuar trabajando juntos para planificar eficazmente los flujos de cruceristas.
El estudio presentado ha calculado el impacto directo de los principales agentes implicados en la actividad crucerística, además del impacto indirecto y el inducido, y los efectos catalizadores del sector sobre la economía. Así, revela que el gasto directo derivado de la actividad crucerística asciende a 442,5 millones de euros anuales, que se reparte entre tres agentes principales de gasto: las navieras (121,2 millones), los cruceristas (315,8 millones) y las tripulaciones (5,5 millones).
A partir de este gasto inicial se genera una facturación de manera indirecta e inducida de 353,5 millones de euros, lo que sitúa la facturación total de la actividad de cruceros en 796 millones de euros.
Barcelona, la principal beneficiada
La profesora Vayá destacó que este volumen de actividad supone una contribución de 413,2 millones de euros al PIB de Catalunya y permite mantener esos cerca de 7.000 puestos de trabajo. Además, genera unas rentas fiscales de 152 millones de euros en impuestos estatales y autonómicos y tasa turística. La capital catalana es la principal beneficiada de esta actividad, ya que el 75% del efecto total se queda en la ciudad de Barcelona (313,4 millones de euros de contribución del PIB y 5.039 puestos de trabajo, en términos absolutos).
Para exponer estas cifras de manera más comprensible, el estudio detalla que la llegada de cruceros al puerto de Barcelona supone una facturación diaria de 2,2 millones de euros en Catalunya (1,7 millones de los cuales, en la ciudad de Barcelona). Es decir, cada crucero que hace escala genera, en promedio, una facturación total de un millón de euros; contribuye con medio millón de euros al PIB de Catalunya y permite mantener nueve puestos de trabajo (siete de los cuales, en Barcelona). Además, cada escala de crucero aporta 200.000 euros en rentas fiscales (IVA, IRPF e Impuesto de Sociedades).
Efectos multiplicadores sobre diferentes sectores
El estudio también pone de manifiesto los efectos multiplicadores derivados de la actividad de cruceros, que casi duplican el impacto directo atribuido a los tres grandes actores de gasto (navieras, cruceristas y tripulaciones). Así, por cada 100 euros de gasto directo se generan de manera indirecta e inducida 80 euros de facturación adicional; cada 100 euros de VAB (valor añadido bruto) generados de manera directa comportan 83 euros de VAB adicionales; y por cada 100 empleados directos se contabilizan 68 ocupados más debido al impacto indirecto e inducido.
Además, el estudio demuestra que el sector de cruceros, además de impulsar actividades típicamente turísticas, genera importantes efectos positivos en otros sectores económicos. Este hecho se concreta en la distribución de los puestos de trabajo que origina la actividad crucerística: si bien 3.995 puestos de trabajo se generan en sectores turísticos, los 2.764 restantes se dan en sectores tan diversos como la logística, la fabricación de productos alimenticios, la industria metalúrgica, las industrias químicas, los servicios médicos o los servicios de gestión de residuos y saneamiento, entre otros.
La investigación también destaca algunos de los efectos catalizadores de la actividad de cruceros del puerto catalán. El impacto sobre el aeropuerto del Prat es un caso significativo, ya que la importancia de Barcelona como puerto base de cruceros y el hecho de que el 78% de los cruceristas de turnaround emplean el avión han sido determinantes para la creación y mantenimiento de vuelos internacionales (con Estados Unidos, Canadá o también con los Emiratos para el mercado australiano).
Perfil del crucerista
El estudio dibuja un cuidadoso perfil del pasajero de crucero que visita la capital catalana, gracias a los datos aportados por Turisme de Barcelona. De este perfil y partiendo de que en 2014 el puerto de Barcelona registró un total de 2.364.292 movimientos de cruceristas, cabe destacar que los pasajeros que visitan la ciudad y no pernoctan pasan una media de 4,3 horas a la ciudad y representan el 57,5% del movimiento de pasajeros (1.360.271 personas). Por otra parte, los pasajeros de turnaround (que inician y finalizan su itinerario en Barcelona) que pernoctan en la ciudad se quedan una media de 2,6 noches y suponen el 23,9% del movimiento de cruceristas (565.400 personas) y el 18,6% restante corresponde a aquellos pasajeros que embarcan y/o desembarcan directamente sin pernoctar ni visitar la ciudad (438.621 movimientos de personas).
El 94% de los pasajeros de crucero que hacen noche en la ciudad se alojan en hotel (frente al 47,5% del turista vacacional de Barcelona). El estudio también especifica el gasto medio de los diferentes tipos de cruceristas: el crucerista excursionista (que visita la ciudad pero no pernocta) gasta 53 euros de media; el turista crucerista (que pernocta en Barcelona) efectúa un gasto de 202 euros diarios frente al turista vacacional de la ciudad (que pernocta en hotel), que tiene un gasto medio de 156 euros.