El informe oficial sobre el accidente confirma el contenido del artículo de Luis Jar, publicado en NAUCHERglobal el pasado 29 de diciembre de 2012 (ver artículo), ampliando algunos de los extremos citados por Jar, excelente relator de naufragios.
Los investigadores que han trabajado en el informe del accidente del COSTA CONCORDIA recogen con precisión y minuciosidad los hechos que sucedieron a bordo en las horas previas a la embarrancada en el bajo, y cuanto sucedió desde ese momento hasta que el buque quedó encallado a unos cincuenta metros de la isla del Giglio. De ese relato, tanto el capitán Schettino como los oficiales de puente del crucero quedan muy mal parados. Cometieron errores elementales y orillaron las precauciones imprescindibles cuando diriges un buque con cuatro mil personas a bordo y pretendes pasar a 0,5 millas de tierra, un acercamiento temerario, muy arriesgado y sin necesidad alguna. Las negligencias de los titulados del buque culminan con el desembarco del capitán cuando aún quedaban a bordo varios cientos de personas. El abandono de buque se realizó de forma caótica y desorganizada.
El informe, que ha contado con la participación del organismo de investigación de siniestros marítimos del Coast Guard de los Estados Unidos, quizás porque el buque pertenecía al grupo norteamericano Carnival Cruises, y que adolece de algunos errores de bulto, impropios de un informe tan importante, pone el foco en las actitudes y las acciones de los tripulantes, olvidando el análisis de los procedimientos y organización de la empresa relacionados con el siniestro. El informe deja en penumbra, por ejemplo, la cuestión clave de si es posible organizar un abandono de buque ágil y organizado con más de cuatro mil personas a bordo, un centenar de nacionalidades, niños, ancianos y discapacitados, diseminados por los diez mil rincones que se hallan en un buque de las dimensiones del COSTA CONCORDIA.